Rato pone fin en la Casa de la Moneda a 132 años de acuñación de la peseta
El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, acuñó ayer, de forma oficial, la última moneda en pesetas de la historia, poco antes de que entren en circulación las expresadas en euros, a partir del 1 de enero de 2002.
La peseta se bate en retirada a marchas forzadas, tras 132 años de existencia, que han marcado la historia de España. El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, se acercó ayer a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) para proceder a la acuñación de las últimas monedas en pesetas, después de que el pasado 21 de noviembre hiciera lo propio con los billetes.
En medio de una amplia expectación y en presencia del presidente de la Casa de la Moneda, Gonzalo Ferre, Rato procedió a pulsar el botón de la prensa en la que salieron las últimas acuñaciones de piezas de 100 pesetas, en las que viene reproducida la imagen de "Hispania", matrona postrada sobre los Pirineos, con el peñón deGibraltar a los pies y con una rama de olivo en la mano. Esta imagen coincide con la de la primera emisión nacional de pesetas de 1869.
Rato resaltó la paradoja que se ha producido con la peseta, nacida con el fin de integrarse en un proceso de unión monetaria que finalmente no cuajó, "algo que no ocurrirá ahora con el euro, con el que se culmina la unidad monetaria europea".
La peseta vio la luz el 19 de octubre de 1868, por decreto del Gobierno provisional formado tras el derrocamiento de Isabel II, con el ánimo de integrarse en la llamada Unión Monetaria Latina, a la que finalmente no se adhirió. Un año más tarde, en 1869, el Gobierno provisional acuñó las primeras monedas en pesetas, y decidió centralizar la producción en una única fábrica en Madrid. Hasta ese momento existían varias casas de moneda o cecas en Sevilla, Segovia, Madrid y Barcelona.
El término peseta no era ajeno a la población en 1869. De hecho llevaba utilizándose desde el siglo XVII para designar al real de a dos, y posteriormente, al real de a cuatro cuando la equivalencia en la moneda se empezó a expresar en reales de vellón. En Cataluña habían circulado ampliamente desde la guerra de la Independencia. Desde Laureano Figuerola, titular de Hacienda que firmó el decreto en 1868, la peseta ha sido testigo de 115 ministros de Economía, distribuidos por diferentes regímenes políticos, entre dictaduras, monarquías y repúblicas.
La desaparición de las monedas nacionales de los Doce, a partir de 2002 está provocando ya las quejas de quienes desconfían del verdadero efecto del lanzamiento del euro. Ayer, varias decenas de delegados de los bancos centrales y de las fábricas de moneda y timbre de los países de la zona euro reivindicaron frente a la sede del Banco Central Europeo, en Francfort, el mantenimiento de 20.000 empleos que en su opinión están amenazados. En España, tanto CC OO como SAT, temen que el BCE no asegure la cuota actual de fabricación de billetes de euros a partir de 2003.
La verdadera historia de las "perras gordas"
El paso de 132 años de acuñación de la moneda dan de sí para muchas anécdotas. Una de ellas enlaza con el origen de las llamadas perras gordas. El decreto de 1868 establecía la emisión de monedas en pesetas en oro, plata y bronce.
Las que se emitieron en bronce tenían un león rampante sosteniendo el escudo de España. La población tendía a confundir el león con un perro, denominando perra gorda a la moneda de 10 céntimos de peseta, y perra chica, a la de cinco céntimos.
Los ricos y adinerados eran los que tenían muchas perras.