Los expertos creen que ni siquiera Greenspan podría impulsar el euro
Los economistas opinan que las perspectivas para el euro son pobres a medio plazo y que ni siquiera Alan Greenspan sería capaz de impulsarlo si fuera presidente del BCE. Los inversores confían más en la reactivación económica de EE UU que en la de la UE y ven con desconfianza al BCE.
El euro ha perdido casi un cuarto de su valor frente al dólar en los últimos 30 meses. Y algunos inversores están indignados con el Banco Central Europeo (BCE) y su presidente, Wim Duisenberg.
"La última bajada de tipos era totalmente inesperada y muchos inversores y gestores de fondos sienten que el Banco Central Europeo les ha mentido. Están confundidos y no se fían", explica Neil MacKinnon, analista del banco Merrill Lynch. En cambio, "la Reserva Federal es mucho más directa y coherente".
Kathryn Domínguez, de la Universidad de Michigan, detecta "cierta esquizofrenia" en el Banco Central Europeo, pero no entiende el malestar de los inversores: "Alan Greenspan también da sorpresas, pero por alguna razón las suyas son siempre bien recibidas".
El profesor Benjamin Jerry Cohen, de la Universidad de Santa Bárbara en California, piensa que "los inversores tienen buenas razones para eludir el euro hasta que el BCE defina su política y los Gobiernos (europeos) se pongan de acuerdo sobre cómo coordinar sus políticas monetaria y fiscal".
Y Alice Rivlin, ex vicepresidenta de la Reserva Federal, reconoce que el Banco Central Europeo tiene "problemas de credibilidad", mientras Greenspan disfruta "de una especie de culto que es desafortunado, como todos los cultos".
Sin embargo, todos ellos creen que la posición del euro frente al dólar sería más o menos la misma incluso si Alan Greenspan llevara las riendas del Banco Central Europeo.
"Las divisas no dependen de la personalidad de los banqueros centrales, sino de fundamentos económicos", señala Rivlin. Cohen cree que el valor del euro sería "más o menos el mismo" porque "el diferencial de crecimiento beneficia a Estados Unidos a medio plazo".
McKinnon está convencido de que Greenspan "haría un mejor trabajo que Wim Duisenberg al frente del Banco Central Europeo". Sin embargo se pregunta "cómo iba a afrontar [el banquero estadounidense] a todos esos políticos y ministros de Finanzas que son lentos en la implementación de reformas estructurales y rechazan el modelo de capitalismo de Estados Unidos".
Es decir, que, en su opinión, "ni siquiera Greenspan sería capaz de salvar al euro" en estos momentos. Una opinión dictada, quizá, por una coyuntura especial.
Una paradoja que tiene su lógica
Las previsiones de crecimiento de la UE para este año son modestas (2,2% al 2,8%), pero superan a las de EE UU (1,5% al 2%). Y los tipos de interés estadounidenses han bajado 2,5 puntos en seis meses, colocándose al 4% (por debajo del 4,5% europeo) y pueden volver a bajar a fin de mes. Sin embargo, el dólar sigue reforzándose frente al euro. La ex vicepresidenta de la Reserva Federal Alice Rivlin reconoce que esta combinación de datos es "un misterio" para muchos, pero cree que hay una lógica detrás de ello: "Los inversores piensan que, a largo plazo, la economía de EE UU repuntará más que la europea".
El analista Neil MacKinnon dice que "los mercados creen que la política pro crecimiento de la Reserva Federal funcionará mejor que la del BCE, que está centrada sólo en la inflación". Una apuesta a medio y largo plazo que queda reflejada en los flujos de capital: sólo en febrero, los inversores de la zona euro gastaron 78.000 millones de dólares (unos 15 billones de pesetas) en acciones estadounidenses, 19.000 millones en bonos de empresas norteamericanas y 18.000 millones en bonos del Tesoro de EE UU.