El temor a los resultados de las empresas vuelve a primer plano en Bolsa
Nueve meses después, las Bolsas repiten el mismo escenario, el determinado por las advertencias sobre resultados empresariales. Desde octubre de 2000 se han producido ya seis oleadas, incluida la actual, de proyecciones de beneficio. Nueve meses después, los tipos de interés también han reflejado importantes recortes en Estados Unidos, con una actitud más timorata del Banco Central Europeo.
Este periodo de tiempo es sólo un apunte minúsculo en la historia, pero toda una vida para aquellos profesionales que viven de las Bolsas. La primera reflexión de lo que sucede desde entonces es que el impacto favorable que desde siempre han tenido los tipos de interés en las valoraciones bursátiles ha caído en saco roto ahora, lo que promueve el sentimiento de que la crisis actual es más grave y profunda que las anteriores.
La secuencia de advertencias sobre resultados iniciada hace 15 días alcanzará su máxima expresión hasta el cierre de junio, el final del primer semestre del año. Los más optimistas dicen que gracias a esta anticipación, que es como ponerse la venda antes de recibir la pedrada, gran parte de lo peor estará descontado.
Analistas de renombre insisten, mientras tanto, en el deterioro de los fundamentales de los pesos pesados de los mercados, de las compañías de telecomunicaciones y tecnológicas, que fueron las artífices de la recuperación de los mercados hasta marzo del año pasado. Se trata, indican, de un asunto de valoraciones bursátiles, que es lo mismo que decir que muchas empresas cotizan con multiplicadores (PER) excesivamente altos para los tiempos que corren.
Este fenómeno coincide en el tiempo con una situación económica muy complicada en el mundo, con incrementos notables de la inflación y enfriamiento progresivo de la actividad y del consumo. La tesis que manejan algunos expertos es que los Gobiernos sacrificarán la inflación en aras de un mayor crecimiento.
Se trataría, por tanto, de activar los mecanismos para bajar de nuevo los tipos de interés, aunque este hecho, según lo observado hasta ahora, no influya en Bolsa.
Nueva vuelta de tuerca a los tipos
A medida que pasa el tiempo y toma cuerpo el sentimiento de que el enfriamiento económico en Estados Unidos puede terminar en una recesión duradera, sin precedentes en los últimos 72 años, aumenta la presión sobre la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo para que procedan sin demora a nuevos y sustanciosos recortes de los tipos de interés.
¿Cómo combinar políticas monetarias más laxas con aumentos importantes de la inflación? No existe un peligro especial, dicen los expertos, porque gran parte de la subida de la inflación procede de un incremento ilógico de los derivados del petróleo. Tarde o temprano, añaden, los productos energéticos bajarán por el menor consumo derivado de una actividad económica a la baja en el mundo.
O lo que es lo mismo, los Gobiernos estarán más pendientes de las cifras de actividad que de la evolución de los precios, siempre que ésta dependa casi en exclusiva, como ahora sucede, del petróleo.
Por ello los analistas miran con lupa los datos de EE UU. Repararon ayer más en la cifra débil de producción industrial, que confirma que la economía experimenta una recesión en toda regla, que en la de una inflación ajustada a lo previsto. Los tipos muy bien pueden bajar 0,5 puntos a final de mes.