Rato advierte a las empresas familiares de la "rigidez" de un estatuto específico para ellas
El presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y vicepresidente de Planeta, José Manuel Lara, aprovechó ayer la presencia del ministro de Economía, Rodrigo Rato, en la asamblea anual de la asociación, para solicitar formalmente al Gobierno que elabore un "estatuto" específico para la empresa familiar.
Lara justificó la introducción de un estatuto para delimitar de una forma más precisa asuntos como el propio concepto de empresa familiar, los derechos de los socios que no forman parte del núcleo familiar propietario de las compañías, la presencia en el capital de dos o más familias y las figuras jurídicas que adoptan los empresarios de este tipo de compañías.
Este estatuto dispondría, sugirió Lara, de un protocolo no vinculante, a imagen de los que regulan las sociedades anónimas, para que cada empresa pueda decidir si se acoge o no a él. En el momento en que lo hiciera, éste tendría pleno valor jurídico. En su opinión, ello solucionaría problemas como los derivados del acceso de accionistas a la gestión de la empresa o el traspaso de poder entre generaciones, ya que su modificación requeriría una mayoría de los órganos de dirección.
Rato advirtió a Lara que un estatuto regido por ley va a imponer en la práctica una mayor "rigidez" en la toma de decisiones.
Por ello, instó a los empresarios a debatir si realmente les interesa un estatuto, de obligado cumplimiento, "dados los continuos cambios que se están sucediendo en el mundo económico" y la libertad de la que ahora disponen para afrontarlos. Rato prometió a los empresarios que el Ejecutivo potenciará fiscalmente aún más la internacionalización de las sociedades y la inversión en I+D.
Actualmente, una comisión del Senado estudia la posibilidad de fijar un estatuto para las empresas familiares, que representan un 60% del tejido empresarial español y el 65% del PIB. Las 105 empresas que pertenecen al IEF tienen un volumen de facturación 5,7 billones de pesetas.