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Crece la tensión entre los socios de Auna por la fuerte deuda del grupo

El creciente endeudamiento que está asumiendo Auna, derivado de las fuertes inversiones de las principales empresas del grupo, está desatando la tensión tanto entre los principales accionistas (Endesa, Telecom Italia y Unión Fenosa) como entre los minoritarios. La deuda de la compañía supera el medio billón, mientras que el plan estratégico hasta 2005 incluye unas necesidades de financiación de 800.000 millones. Los socios reclaman resultados en forma de rentabilidad, "porque ya ha pasado la época de invertir".

Las empresas del grupo Auna acumulan a fecha de hoy una deuda superior al medio billón de pesetas, según fuentes de la compañía, que proceden principalmente de la filial de telefonía móvil, Amena, y de las empresas de cable. El holding que agrupa las participaciones en telecomunicaciones de Endesa, Telecom Italia y Unión Fenosa en España ha invertido ya más de 800.000 millones de pesetas.

A esta cifra se sumarán otros 1,2 billones desde 2001 a 2005, en un plan estratégico cuyas necesidades de financiación ascienden a 800.000 millones. Mientras tanto, las pérdidas del grupo en 2000 fueron de 113.000 millones.

El creciente aumento de las deudas de Auna y la falta de resultados positivos, más allá de la promesa de conseguir el equilibrio operativo este año, han desatado las tensiones entre los principales accionistas. El detonante del malestar actual ha sido la puesta en marcha de un crédito sindicado para Amena de 398.000 millones, que servirá para refinanciar la deuda que arrastra la operadora y sufragar las inversiones en las tecnologías celulares GPRS y UMTS.

Estas cifras han alarmado a alguno de los socios mayoritarios. "Llevamos años invirtiendo cuantiosas sumas de dinero y no se ve por ningún lado la rentabilidad", explican fuentes de los administradores de Auna. Estas fuentes aseguran que algunos socios han planteado un ultimátum: "Todas las inversiones que se hagan tienen que estar controladas y buscando la rentabilidad".

Otras fuentes cercanas a la compañía coinciden en que las empresas del grupo Auna han sido pródigas en aprobar planes de inversión, que no han sido bien vistos por parte de alguno de los socios minoritarios, cada vez más agobiados por el impacto en sus cuentas del elevado endeudamiento.

A pesar de la oposición, tanto las inversiones pasadas y futuras como la deuda han sido aprobados por los accionistas mayoritarios (Endesa, con el 28%; Telecom Italia, con el 27%, y Unión Fenosa, con el 17%). Pero este visto bueno no impide que los socios exijan ahora resultados a cambio.

"Auna nació con vocación de ser el segundo operador global de España y no lo está consiguiendo", afirman fuentes de Auna. "El cable ha tenido muchos problemas en su desarrollo y no ha cumplido los objetivos marcados. Retevisión ha tenido que revisar su estrategia y centrarse en la transmisión de datos y servicios de valor añadido porque la telefonía fija no ha funcionado".

Críticas

Fuentes de los accionistas del holding también critican las incursiones que ha hecho Auna en empresas que no son propiamente de telecomunicaciones, como es el caso de Quiero o de Hispasat.

La plataforma de televisión por cable se ha convertido en uno de los negocios que más controversias ha desatado en los últimos tiempos dentro del grupo de telecomunicaciones. Aunque en la presentación del plan estratégico de Auna su director general, Miguel Iraburu, aseguró que esta compañía no se consideraba como integrada en el grupo, ya que la participación en ella no supera el 50%, fuentes de los accionistas minoritarios de Quiero aseguran que las decisiones las sigue tomando el holding, "la mayoría de las veces, en contra del criterio de los socios".

La queja de los minoritarios es que Auna ha enviado insistentes mensajes al mercado de que ha dejado de interesarle esta actividad, lo que sitúa a Quiero en una posición de extrema debilidad, que se suma a los insuficientes resultados en captación de clientes.

Las necesidades económicas de Auna han resucitado un viejo proyecto de integrar a la sociedad española de satélites Hispasat en su homóloga europea Astra. Este consorcio radicado en Luxemburgo siempre ha visto con buenos ojos la posición orbital conseguida por Hispasat en medio del Atlántico, que le otorga una situación de privilegio frente al mercado centro y latinoamericano.

Las tensiones entre los accionistas de Auna también se han visto acentuadas en los últimos meses por el anuncio de Endesa de que su participación está en venta. Enrarece la situación, asimismo, el hecho de que las pretensiones de Telecom Italia de aumentar su peso en el holding hayan sido cortadas de raíz por el Gobierno, que considera que en las telecomunicaciones españolas el capital extranjero en estos momentos ya es suficiente.

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