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Bruselas quintuplicará la indemnización por sobreventa de billetes

Europa, 1999. Las líneas aéreas denegaron el embarque a más de 250.000 viajeros provistos de un pasaje perfectamente válido. Razón: la sobreventa de plazas para asegurar el lleno completo del avión. La Comisión se propone reducir la lógica comercial de esta práctica multiplicando por cinco las indemnizaciones a los pasajeros, hasta los 1.500 euros (casi 250.000 pesetas).

Bruselas ha regateado durante casi un año a las líneas aéreas para intentar averiguar los beneficios económicos que les reporta asegurarse un pasaje completo vendiendo más plazas de las disponibles. "La información que estaban dispuestas a facilitar era muy limitada", afirma el departamento de la comisaria de Transporte, Loyola de Palacio, en un memorándum sobre el futuro reglamento de indemnizaciones en el transporte aéreo. La Comisión buscaba una cifra que le permitiese fijar una indemnización a los pasajeros suficientemente elevada como para disuadir a las empresas de recurrir a esta práctica.

"Parece que el año pasado el beneficio conseguido se situó en torno a los 1.500 euros (249.579 pesetas) por pasajero", ha deducido la Comisión. Una cantidad, por tanto, cinco veces mayor que la máxima compensación contemplada en la legislación actual, que oscila entre 75 y 300 euros (12.479 y 49.915 pesetas, respectivamente).

De Palacio, en un reglamento sobre el que trabajan sus servicios, propone actualizar esas indemnizaciones hasta los 750 euros (124.789 pesetas) para los vuelos de menos de 3.500 kilómetros de distancia y, a partir de esa radio, incrementarlas gradualmente hasta los 1.500 euros.

La Comisión propondrá, además, extender el derecho a indemnización a los pasajeros de vuelos no regulares (chárter) y a los que sufran la cancelación de un vuelo sin otro motivo que la rentabilidad comercial de la empresa. En este último caso, así como en los retrasos demasiado prolongados en la salida de un vuelo, los pasajeros tendrán derecho no sólo al reem-bolso del pasaje, sino también a un vuelo alternativo bien hasta el destino final deseado, bien de regreso en mitad de una escala si consideran que no merece la pena completar el itinerario inicialmente previsto.

Dura valoración

La comisaria reconoce que la liberalización del transporte aéreo en Europa ha redundado en beneficios para los consumidores y ha propiciado importantes rebajas en las tarifas. Pero, "por desgracia, estas ventajas no son el retrato completo de la situación", afirma su departamento en una dura valoración sobre el servicio de las líneas aéreas en Europa.

"El transporte aéreo no responde a las expectativas de los clientes que, demasiado a menudo, tienen razones legítimas para mostrarse insatisfechos", aseguró la comisaria.

Retrasos interminables, cancelación de vuelos por meras razones comerciales (que no técnicas) y sobreventa de plazas son las lacras descritas en el memorándum de presentación del proyecto de reglamento. El texto reconoce a los viajeros motivos suficientes para "un fuerte resentimiento, no sólo por los retrasos y las perturbaciones en el plan de viaje, sino también por la falta de respeto al contrato firmado".

De Palacio no sacrifica del todo, sin embargo, sus buenas relaciones con la industria y ofrece una vía de escape a la dura regulación. La comisaria reconoce la lógica comercial de la sobreventa de los pasajes, pero alienta a las líneas aéreas a dejar sólo en tierra a los pasajeros que se presten a ello voluntariamente, previo regateo de la indemnización. "Los operadores y los voluntarios negociarán y acordarán las condiciones del cambio, que reflejará el valor que cada pasajero otorga a su pérdida de tiempo y a los inconvenientes sufridos".

El texto deduce, una vez más, que los pasajeros de la clase preferente serán los más reacios a aceptar una salida negociada. "Sólo si no se encuentra un número suficiente de voluntarios, se podrá denegar el pasaje obligatoriamente a un pasajero". Y en este caso las compañías incurrirán en una indemnización que el reglamento, cuya conclusión no se prevé antes del verano, puede multiplicarse por cinco si la Comisión adopta la propuesta de De Palacio.

Revisión del reglamento

La revisión del actual reglamento de indemnizaciones es una vieja aspiración de la Comisión Europea y la última propuesta data de 1998. Ha sido el contencioso hispano-británico sobre el aeropuerto de Gibraltar el que siempre se ha interpuesto en la iniciativa.

El aeropuerto, construido por Gran Bretaña en territorio del istmo que no le pertenece, apenas atiende 90.000 vuelos comunitarios, pero la falta de acuerdo entre Madrid y Londres sobre las autoridades competentes en esa plaza bloquea cualquier iniciativa de la Unión Europea en transporte aéreo.

El último intento de acuerdo fracasó en marzo pasado, cuando en la cumbre de Estocolmo, Tony Blair y José María Aznar no pudieron pactar las condiciones que permitiesen la creación de un espacio aéreo único como propone Bruselas.

Ambos líderes se comprometieron a buscar una solución tras las elecciones británicas, celebradas el pasado día 7, en las que Blair revalidó por amplia mayoría su mandato.

La próxima cumbre de la Unión Europea, en la ciudad sueca de Gotemburgo los días 15 y 16 de junio, puede constituir una ocasión propicia para la búsqueda de una solución negociada a este contencioso.

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