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El pago por móvil nace rodeado de incertidumbre sobre su rentabilidad

Las tres plataformas de pago por móvil que se han presentado en España (Movilpay, Paybox y Caixamóvil) han entrado en el negocio con grandes incertidumbres respecto a cuándo ganarán dinero y la convicción, más o menos extendida, de que al final tendrán que confluir en una sola si quieren ser rentables. A juzgar por las opiniones de distintas fuentes del sector, parece claro que el negocio está todavía en una fase muy incipiente y rodeado de "mucho humo".

Sería interesante una compañía con rentabilidad en tres años". Con esta lacónica frase, más una declaración de intenciones que una proyección del negocio estudiada, el director general del BSCH, Baldomero Falcones, solventó la pasada semana en Munich la pregunta de cuándo va a ganar dinero Movilpay, la plataforma de pagos a través del teléfono móvil creada tras la unión de los sistemas del BSCH, BBVA, Telefónica y Airtel al que se han adherido la mayor parte de las grandes entidades y operadores de telefonía móvil españoles. æpermil;sta es la única plataforma que aún no opera y no ha facilitado demasiados detalles de cómo va a funcionar su sistema. La falta de concreción de Falcones es moneda común entre los que han irrumpido en este nuevo medio de pago.

Markus Förster, director financiero de Paybox (la plataforma de Deutsche Bank, lanzada en España en noviembre, la primera en operar en nuestro país) calcula que lograrán el break even (punto de equilibrio) de aquí a 2010. Sin embargo, a Förster, le preocupa más lograr que los clientes que consiga en alguno de los cinco países en los que Paybox opera sean rentables en el plazo de dos años. Eso demostraría la viabilidad del proyecto. "El balance puede esperar más, ya que seguiremos teniendo fuertes gastos en marketing y publicidad".

A esto se le une la incógnita de cómo van a responder los usuarios ante un sistema tan novedoso. Sin ir más lejos, la banca por Internet ha experimentado una penetración más lenta de la esperada por las entidades. "El problema para las entidades que hemos entrado en este negocio es que hay pocas cosas más difíciles de cambiar que la forma de pagar que tienen las personas", asegura.

La tercera plataforma en discordia (Caixamóvil, de La Caixa) asegura que su sistema de pagos por el móvil no presenta pérdidas, debido a la "discreta" inversión realizada, según aseguraron fuentes de la entidad. Quizás por esto, la entidad catalana ha sido la única de las grandes del país que ha rehusado, por el momento, a entrar en la plataforma liderada por BSCH y BBVA y Telefónica, a la que se han adherido Caja Madrid, el Banco Popular, el Banco Sabadell, además de las operadoras Airtel y Amena.

Un solo estándar

A esta falta de concreción se le une la impresión de que el panorama no acaba de estabilizarse. La Caixa reconoce haber mantenido "conversaciones" con otros proyectos, aunque éstas no han conducido a resultados concretos.

Sin embargo, fuentes de la caja barcelonesa "abogan" por la confluencia en una sola de las plataformas que operan en el mercado. Markus Förster no lo tiene tan claro y afirma que "a largo plazo habrá tres entidades", aunque con sistemas compatibles entre sí.

En la mente de todos está la reciente experiencia con las tarjetas monedero, negocio que los bancos desarrollaron cada uno por su cuenta. Esto imposibilitó que hubiera un sólo estándar y que los clientes pudieran pagar con su tarjeta en todos los establecimientos. Cooperar en la tecnología es un paso clave para rentabilizar las inversiones.

æpermil;sta confluencia no se presenta fácil: Caixamóvil y Paybox tienen estándares distintos; el sistema de La Caixa consiste en vincular un teléfono a una tarjeta de crédito o débito de la entidad. El de Deutsche Bank opera con independencia de la entidad financiera o de la operadora de telefonía. De Movilpay sólo se sabe que irá vinculada a una tarjeta.

Por eso, Förster cree que aún van a cambiar muchas cosas: "Todavía hay mucho humo", sentencia.

 

300.000 clientes para Paybox en 2001

Paybox, la plataforma de pagos a través del móvil de Deutsche Bank, cuenta ya en Europa con 300.000 clientes y 5.000 comercios adscritos en los cinco países europeos en los que opera en la actualidad.

En España, espera acabar el año con un número similar de usuarios y 3.000 comercios reales. Y para 2005 la plataforma prevé alcanzar dos millones de clientes y manejar transacciones por 200.000 millones de pesetas (1.202 millones de euros). Deutsche Bank posee un 50% del capital de la división española y hay otro 40% a disposición de futuros inversores.

Este sistema funciona a través de llamadas, con independencia de cuál sea el banco del cliente y la operadora utilizada. Para ordenar un pago, se llama a un número gratuito y se teclea el importe y el código de entrada (pin). Förster asegura que Paybox (su nombre comercial es en minúscula) resulta un 20% más barato de media que una transacción a través de una tarjeta de crédito convencional.

La compañía tiene previsto comenzar hoy con una campaña de publicidad en televisión.

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