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Acoso judicial sin derribo a las tabacaleras

La industria tabacalera acaba de recibir un mazazo judicial histórico. Un jurado de Los Ángeles condenó el miércoles a Philip Morris a pagar más de 3.000 millones de dólares (casi 600.000 millones de pesetas) al ciudadano Richard Boeken, un broker de 56 años que se ha pasado cuatro décadas fumando dos paquetes de Marlboro al día y que tiene cáncer de pulmón.

El vicepresidente de Philip Morris, William Ohlemeyer, calificó la sentencia como "escandalosa" y dijo que este tipo de veredicto "es el que coloca nuestro sistema judicial en el ridículo". La compañía apelará la sentencia de inmediato y confía en poder revertirla.

En Wall Street, los inversores respondieron castigan-do a las tabacaleras (RJ Rey-nolds cayó un 5,4%; Loews, un 5,22%, y Philip Morris, un 2,9%), a pesar de que los analistas creen que todo quedará en agua de borrajas.

Martin Feldman, del banco Salomon Smith Barney, espera que "el juez Charles McCoy reduzca la cifra sustancialmente, al igual que ha ocurrido en otros casos". Y Merrill Lynch dijo que, "a pesar de la compensación masiva, prácticamente todas las condenas de la industria han sido revertidas" en apelaciones y las perspectivas para el sector "son buenas". De hecho, la industria tabacalera es una de las que goza de mejor salud en Wall Street a pesar de sus muchas cuitas judiciales.

Beneficios

Las empresas han trasladado sus costes judiciales a los fumadores en forma de subidas de precio. Y ello queda claramente reflejado en sus cuentas: Philip Morris ganó 8.500 millones de dólares en el 2000 y sus acciones se han duplicado en el último año.

El tabaco aporta un tercio de sus beneficios (el resto proviene de su división alimentaria). Y la compañía está compensando el entorno hostil de Estados Unidos impulsando sus ventas de tabaco en el extranjero (que ya representan un 51% de sus ventas totales de cigarrillos).

Los analistas reconocen, sin embargo, que esta sentencia supone por ahora un revés importante para el sector. Según Feldman, "es el peor veredicto para Philip Morris y sugiere que la industria todavía tiene mucho trabajo que hacer en su estrategia para California". Un Estado especialmente sensible para asuntos relacionados con la salud.

Philip Morris reconoció en el juicio de Los Ángeles que el tabaco puede causar cáncer, pero intentó exculparse diciendo que Boeken siguió fumando durante años a pesar de que sabía que era perjudicial para su salud.

La acusación sostuvo que Boeken empezó a fumar a los 13 años y no supo que el tabaco era dañino para la salud hasta mediados de la década de los noventa, cuando ya estaba completamente enganchado al cigarrillo. El abogado Michael Piuze hizo un potente alegato en el que dijo que las tabacaleras "nos han mentido durante 50 años" y se refirió a Philip Morris como "traficante de drogas".

Boeken también tuvo problemas con la heroína y el alcohol, pero logró superar ambas adicciones. Sin embargo, no fue capaz de dejar el cigarrillo. Según Piuze, esto demuestra "que la nicotina es una droga más difícil de dejar" que las otras. El jurado no sólo le dio la razón, sino que, además, impuso una sanción elevadísima para dar ejemplo.

La del miércoles es la mayor sanción de la historia impuesta a una compañía tabacalera por una demanda individual. Pero el récord para el conjunto de las industrias sigue ostentándolo General Motors, que en 1999 fue condenada a pagar 4.900 millones de dólares por un accidente en el que uno de sus vehículos se incendió.

Las tabacaleras llevan años intentando conseguir inmunidad judicial. Pero la tarea no les está resultando fácil. En 1998 se comprometieron a pagar 246.000 millones de dólares en 25 años para compensar a los Estados nortea-mericanos por sus costes sanitarios ligados al consumo de tabaco. A cambio, los Estados renunciaron a seguir acosándolas en tribunales. Pero aquel acuerdo no las mantuvo a salvo de una larga lista de demandas presentadas por individuos, colectivos, aseguradoras y Gobiernos (empezando por el Gobierno federal de EE UU).

El año pasado sufrieron un durísimo revés en Florida, donde fueron condenadas a pagar 147.000 millones de dólares en compensaciones a un colectivo de miles de fumadores. Y hace unos días fueron sentenciadas a pagar 29,7 millones de dólares a la aseguradora médica Empire Blue Cross & Blue Shield.

Casos pendientes

Los analistas creen, sin embargo, que terminarán ganando casi todos los juicios individuales y que el Gobierno federal presionará mucho menos para conseguir compensaciones ahora que el republicano George Bush está instalado en la Casa Blanca.

Además, las tabacaleras se han anotado recientemente bastantes victorias judiciales (incluida la desestimación de la demanda presentada por los Gobiernos de Guatemala, Nicaragua y Ucrania).

Es decir, que el susto puede ser sólo momentáneo. En opinión de Feldman, "los mercados digerirán la noticia en las próximas semanas, cuando entiendan que la amenaza no es ni mucho menos tan grande como indican los titulares".

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