La desaceleración frena la caída del paro en la zona euro
El enfriamiento económico al otro lado del Atlántico empieza a enseñar los dientes en la zona euro. Los datos de desempleo publicados ayer por Eurostat apenas reflejan una mejoría de una décima en la caída del paro, sólo un día después de que Bruselas tuviera que repeler los ruegos de clemencia fiscal por parte de los Estados miembros más castigados por la crisis.
La tasa de desempleo en los 15 países de la zona euro se situó en abril en el 7,6%, sólo una décima por debajo de la cota del mes anterior. Aunque la mayoría de los Estados disfrutan aún máximos históricos en los niveles de ocupación, la economía de la zona euro muestra ya síntomas de fatiga, entre los que el frenazo en la caída del paro resulta uno de los más alarmantes.
Desde comienzos de año la tasa de desempleo sólo se ha rebajado en dos décimas (desde el 8,5%). En muchos Estados (Bélgica, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Luxemburgo y Austria), ese valor ha permanecido invariable durante estos meses, y en uno de ellos (Portugal) incluso se ha incrementado (desde el 3,9 al 4%).
La evolución en EE UU, que, si los modelos de análisis tradicionales sirven aún para algo, se podría decir que se encuentra en una parte más avanzada del ciclo, muestra un paro al alza en medio punto desde el 3,9% del pasado mes de noviembre hasta el último 4,3%.
"Los datos recientes confirman que en la zona euro el ritmo de la actividad económica se ha desacelerado", constató el comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, el pasado martes.
Solbes recordó ese día al Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) que las previsiones de primavera de la Comisión ya adelantaban esa evolución. Pero reconoció que la revisión a la baja en las perspectivas de crecimiento para este año (desde el 3,2% hasta el 2,8%) quizá no calibraron bien el batacazo que puede avecinarse. "El ritmo de desaceleración", dolorosa paradoja, "es algo más fuerte de lo esperado".
Con estos augurios, Solbes tuvo que soportar la renovada salmodia de los Estados que suplican clemencia en los objetivos presupuestarios marcados por la Unión Europea.
"La mayoría de los programas de estabilidad [para este ejercicio] estaban basados ya en asunciones muy cautas", rechazó el comisario. Para la Comisión Europea, la evolución económica debería desviarse drásticamente de la senda prevista para que algún Estado miembro afrontara serias dificultades en lograr los tímidos objetivos de consolidación fiscal que ofrendaron a Bruselas este año.
Muchos de los autores de esos programas de estabilidad (los ministros de Italia, Reino Unido, Francia, entre otros) redactaron sus compromisos de déficit y deuda con unas elecciones generales dentro del calendario de los programas de estabilidad (2001-2003).
Fueron estos países, principalmente, los que reiteraron en la última reunión del Eurogrupo la necesidad de activar los llamados "mecanismos de estabilización automática" previstos en el Pacto de Estabilidad (suscrito por la UE en 1997). Así se conoce en el argot comunitario a la tolerancia con un deterioro automático de las finanzas públicas, como consecuencia de la situación económica, sin que se exija a los Gobierno la adopción de dolorosas e impopulares medidas correctoras en el gasto.
Clemencia para el que cumpla, prometió Solbes, para quien los síntomas de debilidad imponen más urgencia aún en la consolidación fiscal. "Consiguiéndola y preservándola", fue la penitencia, "evitaremos este tipo de debates en el futuro".