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Los dirigentes de la Intifada rechazan el alto el fuego de Arafat

El alto el fuego inmediato ordenado en la noche del sábado por el líder palestino Yaser Arafat fue ayer rechazado de pleno por el Comité Supremo de la Intifada. En una reunión de emergencia, los trece grupos palestinos que integran este comité acordaron que no depondrán las armas hasta liberar los territorios palestinos.

La orden de alto el fuego fue la respuesta que Yaser Arafat dio al ultimátum que recibió el mismo sábado por parte de el Gobierno israelí. Ariel Sharon, primer ministro de Israel , dió un plazo de 24 horas a Yaser Arafat para que pusiera fin a la violencia y amenazó con desencadenar una ofensiva bélica con el objetivo de preservar la seguridad de Israel.

El ultimátum de Sharon era la reacción del ejecutivo israelí al atentado suicida que en la noche del viernes acabó con la vida de 20 personas en una discoteca del Tel Aviv. El atentado fue reivindicado por el grupo integrista radical palestino Hamas.

Ayer Arafat, que incluso había comenzado a preparar la evacuación de los edificios oficiales, encontró un nuevo elemento de seria preocupación. El comunicado del Comité Supremo de la Intifada contradice su orden y no hace sino echar gasolina al fuego en un conflicto que está a punto de desbordarse dramáticamente.

La decisión del Comité Supremo de la Intifada ha sorprendido a las autoridades israelíes ya que la organización Al Fatah, una de las trece que integran ese comité, esta presidida por Yaser Arafat.

No obstante, según fuentes palestinas, las fuerzas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) recibieron una orden expresa de Arafat para que apliquen su decisión. Según un encuesta difundida ayer por el Centro Palestino de Opinión Pública sólo el 34% de la población palestina apoya el alto el fuego.

El primer ministro israelí y los titulares de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, y de Asuntos Exteriores, Simón Peres, dedicaron la jornada de ayer a "estudiar" el cumplimiento del alto el fuego decretado por el líder palestino.

Según fuentes del Gobierno, el "triunvirato" de Sharon analizaba las consecuencias políticas de esa decisión y se dieron "unas horas" para constatar si se cumple el alto al fuego que Arafat ordenó expresamente anoche a sus efectivos y a todas las facciones armadas que participan en la Intifada contra Israel.

El decreto ANP siguió a las declaraciones de Arafat en Ramala sobre su "disposición" a un alto al fuego "inmediato e incondicional" bajo fuertes presiones de Israel, Estados Unidos y Europa.

El ejecutivo israelí resolvió "dejar en la nevera" los objetivos palestinos elegidos ayer por el Gabinete para Asuntos de Seguridad y del Exterior para que fueran atacados por las fuerzas armadas en represalia por el atentado.

Desde que Arafat y sus fuerzas de seguridad decretaron el alto el fuego, no se han producido incidentes en Cisjordania y Gaza contra las fuerzas israelíes, una de cuyas principales misiones consiste en proteger a los asentamientos judíos.

Bateria de medidas

Ayer la prensa israelí informaba de la batería de medidas no bélicas, complementarias de la respuesta militar, que prepara el Gobierno de Sharon en el caso de que la orden de alto el fuego de Arafat no se respete. El gabinete de Seguridad de Israel complementará la temida represalia militar por severísimos castigos colectivos a la población palestina.Entre ellas figura la prohibición de entrar a Israel a 120.000 obreros palestinos de Cisjordania y Gaza que trabajaban en este país antes de la Intifada. Se cerrarán pasos fronterizos y se clausurarán por tiempo indeterminado el aeropuerto y el puerto de Gaza.

Israel no permitirá el paso de materias primas u otras mercancías destinadas a los territorios autónomos bajo control de la ANP por puertos de este país, por los cuales recibe abastecimientos, entre estos los combustibles y el cemento para la construcción. También impedirá el acceso de la correspondencia internacional a los territorios autónomos, y seguirá bloqueando los fondos que adeuda al Gobierno palestino.

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