El Banco de España detecta una mejora en la demanda interna
Los últimos indicadores de actividad han puesto de manifiesto que la desaceleración de la demanda nacional se ha suavizado respecto a las cifras del último trimestre de 2000, mientras que la aportación al crecimiento de la demanda exterior ha sido algo menos positiva de lo esperado, según sostiene el Banco de España en su último informe.
La pérdida de dinamismo del consumo privado, que fue muy acusada a lo largo del último trimestre del año anterior, ha sido menos intensa en los primeros meses de 2001. De hecho, entre los indicadores de gasto de las familias, el índice de confianza de los consumidores retrocedió en abril dos puntos respecto a marzo y se mantuvo ligeramente por debajo de la media del primer trimestre.
Así, el índice general de ventas del comercio al por menor, sin embargo, registró en marzo un crecimiento real del 2,8%, cerrando de esta forma el primer trimestre con un aumento medio del 3,4%, frente al 1,2% del trimestre anterior. Las ventas de productos alimenticios crecieron un 3,6% en términos reales, lo que supone una considerable aceleración con respecto al mes anterior, mientras que las ventas de otros productos aumentaron un 3,1%, lo que representa nueve décimas más que el dato de febrero.
Por su parte, aunque se estima que las matriculaciones de automóviles registraron una caída interanual del 0,6% en abril, esta cifra se sitúa dentro de la tendencia hacia la recuperación del indicador en los primeros meses de 2001, tras la fuerte desaceleración observada a finales del ejercicio pasado.
Otro de los indicadores que el Banco de España toma como referencia es el relativo a la inversión en construcción. Los indicadores de consumos intermedios y de empleo han tendido a desacelerarse, con alguna excepción, mientras que el indicador de confianza de los constructores ha mantenido en los cuatro primeros meses de 2001 unos niveles más elevados que los registrados en la última parte del año 2000. De hecho, el consumo de cemento, tras incrementarse un 5,2% en el primer trimestre, frente al 10% alcanzado en el periodo anterior, se recuperó ligeramente en el mes de abril.
Empleo
El crecimiento de los afiliados a la Seguridad Social se ralentizó durante los tres primeros meses del año, si bien el ritmo de avance es todavía elevado: un 8,5% en marzo, si bien el número de ocupados en la construcción se incrementó un 6% hasta marzo, dos décimas más de lo que lo hizo en el cuarto trimestre de 2000.
La ralentización en la generación de empleo se ha centrado en el colectivo de los trabajadores asalariados, que está creciendo un 3,3%, siendo por ramas los servicios la más afectada por dicha desaceleración (1,9%), seguida de la industria, con un 3,5%.
En cuanto a la realidad económica internacional, el instituto emisor subraya en su último informe económico que la mayoría de las economías no pertenecientes al área del euro han seguido mostrando durante el mes de abril signos de debilidad, lo que se ha plasmado en caídas generalizadas más o menos intensas de los indicadores de actividad.
Aun así, el Banco de España sostiene que "el debilitamiento de la demanda, la reducción de los márgenes de producción y el aumento de las tasas de paro apuntan a una cierta contención de las presiones inflacionistas fuera del área euro".
Los datos disponibles sobre Estados Unidos correspondientes a los meses de abril y mayo muestran que la economía está desacelerándose respecto al primer trimestre.
El índice de producción industrial y la utilización de la capacidad productiva volvieron a descender en abril por séptimo y octavo mes consecutivo, respectivamen-te, con especial intensidad en las ramas de actividad productoras de alta tecnología.
Consumo en EE UU
Los indicadores de consumo tampoco son alentadores, ya que el índice de confianza del consumidor cayó en abril a su nivel más bajo desde finales de 1996 y se situó en un nivel 33 puntos inferior a su máximo de septiembre de 2000.
El principal motivo por el que parece que el consumo comienza a verse afectado por la debilidad económica radica en el deterioro del mercado de trabajo, donde se han registrado notables caídas de la demanda de empleo y aumentos de la tasa de paro, hasta un 4,5% de la población activa en abril.
Las solicitudes de prestaciones por desempleo, un indicador adelantado de la evolución del mercado, han continuado aumentando en los últimos meses con la excepción de abril.
Sin embargo, las revalorizaciones bursátiles recientes y el continuo aumento de la pendiente de la curva de rendimientos pare-cen incorporar unas expectativas de rápida recuperación económica, aunque no se pueda descartar, en el segundo caso, un componente de empeoramiento de las expectativas inflacionistas.
Solans augura una pronta caída de la inflación
Como una "meta muy exigente" definió ayer Eugenio Domingo Solans, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), el 2% de inflación que se ha propuesto garantizar, como máximo, la autoridad monetaria, que ayer cumplió tres años de existencia. Pese a que este nivel se venga superando desde mayo de 2000 (y en abril incluso se registrara un 2,9% en la zona euro), Domingo Solans recordó en un encuentro con la prensa española acreditada en Alemania que lo que importa para el BCE es el medio plazo: "Durante los próximos uno o dos años, la inflación va a mejorar, lo cual es una de las causas fundamentales que explican que el BCE bajara los tipos el 10 de mayo pasado". Esta decisión se tomó "por mayoría y tras un vivo debate", dijo Domingo Solans, dando a entender que no hubo unanimidad al respecto, informa Ciro Krauthausen desde Berlín.
El banquero central -responsable también de la producción de los nuevos billetes, que avanza a buen ritmo- se declaró optimista sobre las perspectivas de crecimiento de la zona euro, que "continúan en el margen superior de los pronósticos del BCE" (de entre el 2,6% y el 3,6% para este año). "No se ha encendido la alarma roja en ningún sitio", afirmó Domingo Solans, quien confía "mucho" en una pronta recuperación de la economía estadounidense y descarta de plano una recesión en Europa. Domingo Solans, que ayer mismo pasó el ecuador de su mandato en la autoridad monetaria, de seis años, evitó pronunciarse sobre la depreciación de la moneda única y la eventualidad de una intervención, aunque sí resaltó que "el BCE quiere un euro fuerte, porque eso implica una estabilidad que es buena para la Unión Europea".
Por su parte, la caída en una décima de la tasa de desempleo de mayo en EE UU, hasta el 4,4%, hizo caer ayer el euro en el mercado de divisas de Francfort hasta los 0,8427 dólares, un nuevo mínimo anual. Hacia las 16.15 horas, la divisa europea se había recuperado ligeramente y se cambiaba a 0,8453 dólares, frente a los 0,8474 dólares de esta mañana. El BCE fijó el cambio oficial del euro en los 0,8478 dólares.