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Los trabajadores de Aerolíneas intensifican sus protestas e impiden los vuelos de Iberia

Mientras los trabajadores de Aerolíneas Argentinas extendían sus protestas por las calles y los aeropuertos de Buenos Aires, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, lanzó ayer una dura advertencia a los sindicalistas.

Bullrich dijo que "estamos contando el futuro de Aerolíneas en horas", atribuyendo la responsabilidad de una eventual quiebra de la compañía a la negativa del dirigente del rebelde sindicato de los técnicos aeronáuticos, Ricardo Cirielli, a aceptar el Plan Director.

Ayer, las protestas de los trabajadores de la compañía, quienes todavía no han cobrado sus salarios del mes de abril, impidieron la normal salida de los vuelos de Iberia desde la capital argentina. Asimismo, continuaron instalados en tiendas en el aeropuerto de la capital (centro de los vuelos domésticos y regionales), así como invadiendo las pistas del aeródromo internacional de Ezeiza, a 45 kilómetros de Buenos Aires.

En las calles del centro también se registraban manifestaciones y concentraciones. Fuentes consultadas en Buenos Aires dijeron que se advierte "una corriente de simpatía por algunos de los ciudadanos hacia estos trabajadores, que lanzan consignas críticas hacia los inversores españoles en el país". Esto ha determinado, prosiguieron las fuentes, que "la Cámara que reúne a las firmas españolas con inversiones en Argentina esté estudiando acciones para preservar su imagen".

Las declaraciones formuladas ayer en Madrid por el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) parecen confirmar estos temores. Pedro Ferreras aseguró que "no se trata de declarar una quiebra, sino de plantear y adoptar medidas que permitan seguir por la senda de la viabilidad"

"Tenemos esperanzas de que se pueda reconducir la situación", agregó, en línea con Bullrich, quien dijo que Ferreras viajaría "mañana" si los sindicatos firman.

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