<I>La confusión persiste en las Bolsas </I>
Hay que reducir la inestabilidad de los mercados financieros para que la rebaja de tipos ayude al crecimiento económico.
Desde principios de abril asistimos a una recuperación de las Bolsas mundiales. Pero no de todas, y no en la misma magnitud. Los mercados estadounidenses actúan como motor de las subidas, lo que contrasta con las previsiones que mantenía a principios de año la mayoría de los analistas. A nivel general, se apostaba porque las Bolsas europeas serían las más interesantes para invertir: eran las más baratas en términos fundamentales, la economía europea parecía más sólida que la estadounidense y la política económica más coherente. Ahora los analistas sólo pueden argumentar el primer punto en defensa de las Bolsas europeas. Pero es que las fuertes subidas de las Bolsas estadounidenses están provocando algunas dudas, incluso dentro de la Reserva Federal (Fed). En los últimos días hemos visto a varios de sus miembros marcando diferencias entre los recortes de tipos y la subida de la Bolsa. Los descensos en los tipos oficiales no tienen como objetivo llevar a las Bolsas hasta un nivel determinado. De hecho, aunque muchas veces inevitable, reniegan de las sorpresas en los mercados ante los ajustes en los tipos de interés. Con estos comentarios pretenden enfriar parte de la euforia existente en la actualidad en los parqués.
Pero, ¿qué está empujando al alza a las Bolsas? No es el crecimiento económico. Podemos comenzar a pensar que ya hemos pasado lo peor de la desaceleración económica. Esto es especialmente verdad en la economía estadounidense. Otra argumentación a favor de la recuperación de las Bolsas es su precio: teniendo en cuenta los tipos de interés, están en un nivel atractivo para invertir. Pero, siguiendo este razonamiento, en marzo su atractivo era mayor. Y era difícil encontrar inversores dispuestos a colocar su dinero en el mercado. El único argumento sólido detrás de la subida de las Bolsas son los recortes de los tipos de interés. Nada menos que 2,5 puntos en EE UU, hasta situar los tipos oficiales en los niveles más bajos de los últimos dos años. En tipos reales, en muy contadas ocasiones en el pasado se han situado por debajo de los niveles actuales. La apuesta de la Fed por la recuperación económica está clara. No es extraño, dentro de esta argumentación, que los inversores decidan apostar por la recuperación económica. Pero tampoco lo es que la Fed se muestre confusa sobre la fuerte subida de las Bolsas: ¿no estará de nuevo contribuyendo a crear una burbuja financiera en los mercados?.
La caída del euro nos retrocede a la situación de septiembre del año pasado, cuando el BCE tuvo que intervenir en varias ocasiones en su defensa. El Buba reconocía hace poco que no entendía el nuevo descenso de la moneda europea, teniendo en cuenta el diferencial de tipos de interés y el mayor crecimiento económico de la zona euro. Estos son algunos de los factores que influyen en la dirección de una moneda, pero no son los únicos. También son importantes el atractivo del país al que representa, la claridad en la política económica de sus autoridades e incluso, por qué no, la propia evolución en el pasado de la moneda. Y todos estos factores son en la actualidad muy negativos para el euro. A seis meses de la emisión real de euros, vuelven a surgir dudas sobre su valor. Y ya sabemos que la moneda es el mejor embajador de un país.
Podemos decir sin riesgo a equivocarnos que el comportamiento de la deuda ha sido una consecuencia de la inestabilidad en las Bolsas. La deuda ha actuado de mercado refugio ante los descensos en las Bolsas. Y cuando éstas se han recuperado, la deuda ha reaccionado con descensos. Incluso con independencia de los recortes en los tipos de interés oficiales. æpermil;stos los fijan las autoridades monetarias, pero los plazos más largos son manejados por el mercado. El mercado sigue descontando más descensos en los tipos oficiales, hasta 0,25/0,50 puntos en los próximos meses, tanto en EE UU como en la zona euro. La novedad ahora son las subidas en los tipos de medio y largo plazo. Para las autoridades económicas esto es un indicio de que la recuperación económica está cercana. Las subidas de tipos del mercado anticiparían un cambio de tendencia en los tipos oficiales en los próximos meses. Pero también podemos tener otra explicación: el temor a un aumento de la inflación. Los mercados considerarían excesivos los descensos en los tipos oficiales y responderían con un aumento de la prima de riesgo. Esta argumentación se ve también soportada por otros indicadores, como las recientes subidas de precios del petróleo y del oro.
La situación de los mercados sigue siendo complicada. Pero es verdad que en menor medida que a principios de año. Los recortes de tipos van a ayudar al crecimiento económico, pero para que éste se afiance es preciso que los mercados financieros reduzcan su inestabilidad.
Y aquí pensamos especialmente en las Bolsas. Si su recuperación responde a la mejora de las expectativas sobre el crecimiento económico, puede ser positivo. Todo lo contrario cuando se trata de una mera especulación sin fundamento. No estamos seguros que esto último sea la situación actual, pero esta misma duda recomienda ser prudentes a corto plazo.