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El especulador Cobra cede en su amenaza al Commerzbank

Poco antes de entregar su cargo a su sucesor designado, Klaus-Peter Müller, el presidente del Commerzbank, Martin Kohlhaussen, logró salir indemne ayer de la amenaza que representaban para él y su entidad cuatro proposiciones contrarias a la dirección en la junta general en Francfort, que aún no había finalizado al cierre de esta edición.

Ante el asombro de muchos observadores, que esperaban un duro pulso por el control del cuarto banco privado alemán (aliado con el BSCH español y la aseguradora italiana Generali, entre otros), el director general del grupo especulador Cobra, Hansgeorg Hof-mann, anunció que las mociones de censura a Kohlhaussen serían retiradas y que sus accionistas votarían a favor de la dirección.

"La era Kohlhaussen ha finalizado", sentenció Hof-mann, antes de prometer su respaldo para el "pragmático Klaus-Peter Müller". Desde el golpe de mano que, hace un año, le permitió hacerse con cerca del 17% del capital, Cobra y un grupo de accionistas aliados han intentado forzar la entrada de otra entidad en el Commerzbank para así vender con beneficios sus acciones.

En su intervención ante los accionistas, Kohlhaussen negó enfáticamente que se hubiese llegado a algún tipo de acuerdo con el grupo especulador. "El gran socio, también buscado por Cobra, hasta ahora no ha aparecido", constató además.

Konrad Becker, analista de Merck Finck & Co., explicó la repentina marcha atrás de Cobra con su fracaso en reunir suficientes votos. Commerzbank había movilizado al mayor número posible de inversores a la junta.

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