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La operadora culpa a las normas del bloqueo en la liberalización de la telefonía local

El último reducto del monopolio de Telefónica, el acceso directo al abonado, se liberalizó en los últimos días de diciembre, con lo que el Gobierno aseguró haber cumplido con los plazos impuestos por la Unión Europea. Cinco meses después, sin embargo, el proceso no ha llegado más allá del primer estadio de la negociación entre Telefónica y sus competidores, donde se mantiene bloqueado.

El director general de servicios para operadores y regulación de Telefónica reconoció ayer que los usuarios no podrán disfrutar de una liberalización que afecta a 15 millones de líneas hasta después del verano. Sus competidores creen que será, más bien, hacia noviembre o diciembre.

Y la culpa de este parón está en la regulación aprobada por el Gobierno en tiempo récord, asegura Telefónica. La normativa no exigía a los nuevos operadores ningún compromiso de permanencia una vez que había iniciado el proceso de negociación. De esta forma, de las 20 compañías que empezaron el proceso, sólo quedan 14. Cada deserción obliga a recalcular los nuevos precios para todas, hasta el punto de que hay centrales donde ya se han cambiado cinco veces. Así, la liberalización no ha salido todavía de la denominada compartición de salas.

Con este panorama, Telefónica presentará la semana que viene a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) un nuevo procedimiento con el objetivo de desbloquear el proceso. Su intención es permitir que los costes sean predecibles para que los operadores puedan definir sus planes de negocio, acelerar los procesos y abaratar los precios, al permitir que sus competidores utilicen los equipos que prefieran.

En cualquier caso, la CMT tiene que revisar y cambiar aspectos de la normativa que regula la apertura del bucle de abonado. Lo hará en julio, con los informes que reciba de la prueba piloto que Telefónica y otros 13 operadores están realizando en la central local de Delicias, en Madrid.

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