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Bruselas impulsa la convergencia de los impuestos indirectos en la UE

Bruselas se propone reducir en un plazo de tres años la disparidad entre los tipos de imposición que gravan el consumo en la Unión Europea como vía para la integración de los mercados. La Comisión anunció ayer que a partir de ahora denunciará ante el Tribunal de la UE a cualquier Estado miembro que levante una barrera fiscal a la libre circulación de personas, capitales o bienes.

La palabra armonización es tabú para el departamento de Mercado Interior y Fiscalidad de la Comisión Europea. Bruselas teme la reacción airada que provoca ese término en muchas capitales, con Londres a la cabeza, y prefiere adornar sus propuestas con el más aceptable apelativo de coordinación.

Aún así, el comisario de Fiscalidad, el holandés Frits Bolkestein, proclamó ayer la necesidad de una "considerable armonización en el terreno de impuesto sobre el valor añadido (IVA) y en los impuestos indirectos" para que los contribuyentes dejen de toparse "con inaceptables barreras fiscales entre un país y otro".

Impuesto de circulación, fiscalidad de la energía, impuestos indirectos en tabaco y alcohol, fiscalidad de las contribuciones a fondos de pensiones complementarias e IVA figuran entre las áreas a las que el departamento de Bolkestein aplicará su labor de coordinación.

La Comisión ultima, además, un análisis del impuesto sobre sociedades en la UE, que permitirá, según Bolkestein, detectar y, posteriormente, erradicar los problemas de doble imposición, discriminación fiscal a favor de empresas locales, costes administrativos desorbitados y retrasos en la devolución de retenciones en otro Estado miembro.

En el impuesto sobre sociedades, sin embargo, el comisario sí descarta categóricamente la armonización fiscal. "Un cierto grado de rivalidad puede conducir a una beneficiosa reducción de la carga impositiva", apuntó en rueda de prensa.

El comisario sabe que la adopción antes de 2005 de normas comunes de contabilidad entre las empresas cotizadas europeas le adelantará trabajo. "Espero que con esta armonización en el cálculo de la base impositiva, los tipos comiencen también a presentar menos divergencias que ahora".

La estrategia de Bolkestein para conseguir la convergencia fiscal no seguirá el tortuoso camino de las directivas y los reglamentos. "Las propondremos cuando sea necesario y posible", precisa,"pero estamos sujetos todavía a la unanimidad [de los Estados]". En las áreas más complicadas, como en fiscalidad de la energía, donde España se niega desde hace dos años a avanzar, la Comisión propondrá acuerdos restringidos entre los Estados favorables.

Pero, sobre todo, Bruselas sorteará el peligro al veto nacional mediante la aplicación rigurosa de la legislación vigente. El Tratado de la UE faculta ya al Ejecutivo comunitario, según el comisario, para denunciar ante el Tribunal de Justicia de la UE a los Estados miembros que se empecinen en mantener arbitrariedades fiscales incompatibles con el mercado único. "¿Por qué un ciudadano europeo no puede suscribir un fondo de pensiones en un Estado y deducir la cotización en otro?", se pregunta el comisario Bolkestein para ilustrar las prácticas que denunciará. Los Estados que penalizan fiscalmente los productos importados (procedentes de la Unión Europea) son otros candidatos a comparecer ante el tribunal.

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