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Ford prevé una fuerte caída de beneficios por la crisis con Firestone

El mercado bursátil estadounidense penalizó ayer inicialmente con severidad el plan de Ford de retirar 13 millones de neumáticos Firestone de sus coches, pero el 4% de pérdida de la cotización se quedó al cierre de la sesión en un 0,7%. El coste de esta campaña, 3.000 millones de dólares (567.000 millones de pesetas), va a tener un fuerte impacto en los beneficios anuales. La empresa, dirigida por Jac Nasser, dijo que el beneficio por acción en 2001 quedaría entre 1,25 y 1,35 dólares, frente a los 2,60 dólares previstos inicialmente.

Ford va a provisionar 2.100 millones de dólares (369.000 millones de pesetas) en el segundo trimestre para hacer frente a los gastos de reemplazo de 13 millones de ruedas Firestone de la marca Wilderness AT. La automovilística, que el año pasado registró un beneficio neto de 3.467 millones de dólares (655.263 millones de pesetas) con una facturación récord, calcula, no obstante, que el coste será mayor y llegará a 3.000 millones de dólares.

Shigeo Watanabe, presidente de Bridgestone, matriz japonesa de Firestone, dijo que su empresa no participaría en esa operación. El fabricante de neumáticos ya ha reemplazado 6,5 millones de ruedas presuntamente defectuosas que montadas en los Ford Explorer podrían haber la causa de accidentes con 174 muertos y 700 heridos.

En rueda de prensa, Nasser explicó que el beneficio por acción quedaría en la mitad de lo calculado. Parte de esta caída no sólo vendrá por el coste del reemplazo, sino por el hecho de que deberá reducir su producción en el segundo trimestre.

En parte, esta disminución viene por la caída de ventas en su propio mercado, pero, sobre todo, se dejarán de fabricar 34.000 unidades por falta de ruedas, ya que la prioridad de la empresa es atender el mercado del recambio. En total serán 60.000 automóviles los que se dejen de ensamblar en ese trimestre. Los detalles del plan de Ford presentados a la prensa y los analistas se completaron con una defensa y a la vez ataque de la postura de Firestone, que el lunes anunció que rompía sus relaciones centenarias como proveedor de la automovilística americana.

Reacciones

Las acusaciones de John Lampe, presidente de Firestone, cuestionando la seguridad de los Explorer y la política de Ford de culpabilizarles cuando los neumáticos son seguros, fueron respondidas por los responsables de Ford que expusieron que las ruedas Wilderness AT fallaban más que las de sus competidores.

Los análisis de Ford concluyen que, aunque los neumáticos de Firestone fabricados en plantas distintas a la de Decatur (Illinois) eran mejores que los que salían de esta particular fábrica, sin embargo, seguían teniendo mayor tendencia a romperse que los de sus competidores.

Según los datos de Ford, desde 1995 a 1997, los Explorer han montado 2,9 millones de Wilderness AT y otros 2,9 millones de Goodyear.

Los clientes de Firestone han presentado este periodo 1.183 quejas y los de Goodyear, dos. A pesar de esto, Ford ha tenido que hacer dos llamadas a revisión de sus rediseñados Explorer por un problema en las ruedas (ahora Goodyear y Michelin) provocado por las líneas de montaje de la propia automovilística.

Las ventas del Explorer, uno de los coches más populares en EE UU, han caído un 22% en lo que va de año, en parte por el retraso del lanzamiento provocado por las revisiones de ruedas. Pese a las implicaciones de la crisis y los informes contradictorios de las empresas, las conclusiones oficiales elaboradas por la Nhtsa (autoridad de seguridad vial) tardarán dos meses en conocerse.

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