El petróleo vuelve a la palestra
No hubo ayer informe de situación que no comenzara su análisis y expectativas de futuro sin referencia inicial a la tensión que vuelve a observarse en los precios del petróleo. El encarecimiento de la energía vuelve a ser, por tanto, el látigo que golpea unas Bolsas débiles y sin orientación, según lo observado en las últimas cinco semanas.
Hubo ayer analistas que destacaron, además de este fenómeno, con el futuro del brent en los 30 dólares, la recuperación súbita de los precios de la onza de oro, una de las referencias históricas que se seguían para determinar el pulso de la inflación, pero que no tienen ahora el impacto ni la validez de antaño.
El secretario general de la Organización de Países Productores de Petróleo ha señalado que la organización no aumentará la producción en su próxima reunión, prevista para dentro de dos semanas, ya con junio recién estrenado.
Un posible incremento de la producción no tendría lugar hasta septiembre, cuando el cartel vuelva a reunirse y, claro está, si se observan cambios drásticos en la oferta y la demanda. La situación se produce en un contexto de gran incertidumbre en Estados Unidos, tanto por la evolución de la economía como por las especulaciones abundantes sobre la escasez de gasolina durante el verano que está a punto de llegar.
El recrudecimiento de las tensiones energéticas coincide con la debilidad crónica del euro, lo que implica aumentar la cuota, ya elevada, de la denominada inflación importada. El miedo a un fuerte desajuste en los precios, en línea con lo observado en los últimos meses, ha puesto en guardia a gestores, inversores y demás participantes en los mercados.
El control de la inflación es una de las grandes asignaturas pendientes desde que en 2000 comenzara la escalada de los precios del petróleo. Pasa el tiempo y los precios se mantienen muy altos. No hay tregua y la zona euro se resiente.