Hacienda defiende ante la OCDE la Ley de Estabilidad
La secretaria de Estado de Presupuestos, Elvira Rodríguez, aseguró ayer en París que el equilibrio presupuestario que plantea el Gobierno en la Ley de Estabilidad Presupuestaria es de obligado cumplimiento para todas las Administraciones públicas, ya que es la mejor garantía de crecimiento.
Rodríguez, que participó en la reunión anual de responsables de presupuestos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que concluye mañana, subrayó que "una de las mejores formas de promover el crecimiento económico es eliminar la posibilidad de financiar el gasto público mediante déficit".
Presentó ante sus homólogos de los países más desarrollados el proyecto de Ley de Estabilidad Presupuestaria de España, que se encuentra en fase de tramitación parlamentaria, y destacó que constituye "un nuevo marco institucional donde el equilibrio presupuestario debe ser considerado obligatorio por todas las Administraciones públicas".
"Sólo en situaciones excepcionales podrán incurrir en déficit, aunque deberán justificar esta situación y presentar un plan de corrección", precisó la secretaria de Estado.
También explicó que, según el proyecto de ley, el Consejo de Ministros fijará cada año un objetivo de estabilidad presupuestaria para los tres años siguientes, que deberá ser aprobado por el Parlamento.
Rodríguez recordó que el déficit público en España se ha reducido del 6,6% del PIB en 1995 al 0,3% en 2000 y que el objetivo para este año es "lograr el equilibrio".
El déficit francés cayó al 1,3% en 2000
El déficit público francés se redujo el año pasado a 18.900 millones de euros, lo que supuso el 1,3% del producto interior bruto (PIB) frente al 1,4% de 1999, anunció ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). La reducción de los números rojos se debe a "la moderación del gasto público" que, en términos porcentuales, disminuyó por cuarto año consecutivo, señaló el INE. Eso ocurrió a pesar de que en 2000 bajó la presión fiscal por primera vez desde 1992 y las retenciones fiscales representaron el 45,2% del PIB, después del 45,6% en 1999.
Aun con esa rebaja de la presión fiscal, los ingresos del Estado crecieron un 3%, hasta 634.300 millones de euros, debido a una coyuntura económica favorable que propició un alza de la recaudación en el impuesto sobre sociedades (9,5%o) y en el impuesto sobre la renta (6,6%).