Altadis convierte en liquidez 95.627 millones pendientes de cobro
Altadis dio el año pasado un enorme impulso a su disponibilidad de tesorería. La compañía tabacalera hispano-francesa llevó a cabo una operación de titulización de deuda pendiente de cobrar a estancos en Francia que le permitió adelantar el cobro en diciembre de 2000 de 95.627 millones de pesetas. Esta inyección de liquidez la permite reforzar su estructura financiera de cara a la expansión internacional que asegura estar preparando.
Altadis, a través de Seita, su filial en Francia, cedió a finales del año pasado a un fondo común de créditos parte de sus deudas a cobrar a estancos por operaciones de tráfico comercial. Seita realizó la operación mediante la emisión de pagarés de empresa a corto plazo a un coste inferior al de la financiación bancaria. Según se desprende de su auditoría, la eliminación de estos saldos deudores del balance ha tenido como contrapartida la entrada de 95.627 millones de pesetas en forma de tesorería.
De este total la compañía ha dispuesto ya un total de 76.096 millones de pesetas y tiene disponible, en caso necesario, un segundo tramo hasta el total señalado.
Seita se encarga del cobro de estos saldos cedidos y ha constituido una garantía teniendo en cuenta el riesgo de cobro de cliente. El periodo de vigencia de este sistema de financiación se estima que dure un total de cinco años.
La compañía ha conseguido de esta forma una inyección de liquidez inmediata al objeto de poder hacer frente a los planes de expansión internacionales que maneja la compañía tabacalera y que son pieza angular de sus previsiones a corto y medio plazo.
Año intenso
El pasado ejercicio fue, sin duda, uno de los años más intensos del grupo Altadis, a excepción, por supuesto, de 1999, ejercicio en el que se concretó la operación de fusión entre Tabacalera y Seita.
Aparte de las importantes adquisiciones de compañías extranjeras (cerró la compra del 50% de la cubana Corporación Habanos y de la mitad de su red de distribución internacional por 477 millones de dólares), el año 2000 ha sido el ejercicio en el que se resolvió el principal problema que tradicionalmente ha pendido sobre la compañía como su particular espada de Damocles. Altadis decidió impulsar la que apunta ser su definitiva reestructuración industrial y laboral en España.
Su plan exige la inversión de 52.411 millones con el objetivo de cerrar ocho fábricas, construir dos nuevas y eliminar 2.400 trabajadores. El coste de la reestructuración en España se ha cargado íntegramente a las cuentas del ejercicio de 2000, razón por la que la multinacional recorta este año su cifra de beneficios consolidados hasta 24.508 millones, mientras que la matriz arroja pérdidas de 1.715 millones.
Además del coste del plan de reestructuración en España, la compañía ha cargado a las cuentas de 2000 el coste del plan de remodelación de Seita, que asciende a 7.431 millones de pesetas y los 3.805 millones de pesetas que tiene previsto invertir para atender los costes en los que va a incurrir en el cierre de fábricas y reorganización de centros fabriles de cigarros en América.
Pero Altadis tiene reservada una sorpresa para sus accionistas en la junta de accionistas que celebrará hoy en Madrid. A pesar del coste financiero que supondrá para la compañía afrontar su nueva organización industrial, no cargará sobre sus socios el esfuerzo de financiarlos. Ha optado por utilizar la prima de emisión, para abonar un dividendo de 0,56 euros por acción (93,18 pesetas), cifra que supone un incremento del 12% respecto al dividendo de 1999.
Altadis decidió introducirse en el mercado coreano a través de la compra del 68,06% de la sociedad Kitco. Pagó por esta participación algo menos de 2.000 millones. El activo principal de esta compañía es la marca de cigarrillos Omar Sharif. Igualmente participó en la privatización de Iberia. En la actualidad es miembro de su núcleo estable de accionistas con un 6,7% del capital.