El ejército israelí bombardea Gaza y Cisjordania con aviones
El conflicto en Oriente Próximo alcanzó ayer una nueva dimensión de magnitud preocupante, al bombardear el ejército israelí con aviones de guerra objetivos palestinos en Cisjordania y Gaza, como respuesta al atentado suicida de un miembro de Hamás en un mercado en la ciudad balneario de Netanya. El balance trágico fue de 17 muertos y más de 200 heridos.
Al menos 17 personas murieron ayer en Palestina en una de las jornadas más sangrientas de la ola de violencia desatada en Oriente Próximo.
El ejército israelí utilizó por primera vez en el conflicto aviones de guerra para bombardear los territorios ocupados, en represalia a una atentado suicida de un fanático de Hamás en la ciudad balneario de Netanya, al norte de Israel.
El primer ministro Ariel Sharon ya había advertido que iba a endurecer la represión contra la Intifada palestina. Israel había ya utilizado aviones de guerra para bombardear Líbano, pero nunca había recurrido a esta maquinaria de guerra en Palestina, desde la ocupación en junio de 1967.
La sangrienta jornada comenzó a la mañana, cuando un kamikaze palestino, explosionó un cargamento de bombas que transportaba entre sus ropas, a la entrada de un centro comercial, causando su muerte y la de otras cinco personas, y causando más de 20 heridos, algunos muy graves.
El portavoz de Sharon, Raanan Gissin ha declarado poco después del atentado que éste es el "fruto de una nueva incitación al odio" por parte de Arafat.
El atentado fue reivindicado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). Un portavoz, Mamud Al Zahar, afirmó que la acción estaba justificada "por el Corán y las leyes internacionales".
La Autoridad Nacional Palestina reaccionó al atentado a través de su secretario general, Tayeb Abdel Rajim, quien condenó el "asesinato de civiles inocentes, sean palestinos ó israelíes".
El presidente de Estados Unidos, George Bush, subrayó que era fundamental que "los líderes de Oriente Medio hablen claramente en contra de la violencia" para que haya "conversaciones significativas" en favor de la paz en la región.
Sin embargo, su demanda no obtuvo la respuesta requerida, y poco después Sharon ordenaba un ataque por tierra y aire contra objetivos palestinos en Gaza y Cisjordania.
En estos ataques, el ejército israelí utilizó aviones de combate F-16, los cuales bombardearon al menos 4 ciudades palestinas. Como resultado de la acción bélica en la ciudad autónoma de Naplusa, nueve palestinos murieron y otros 45 resultaron heridos, tras el bombardeo de un edificio que alberga varios organismos de seguridad.
En Ramala, Israel atacó las instalaciones de la guardia presidencial de Arafat, donde murió otro palestino y diez resultaron heridos. En Gaza, donde se localizan numerosos organismos de seguridad palestinos, el bombardeo afectó a la base de Ansar y otro edificio.
Desde el comienzo de la nueva Intifada, el 28 de septiembre del año pasado, al menos 553 personas han muerto. Son los palestinos los que aportan la mayor parte de las víctimas.