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La UE y EE UU se enfrentan de nuevo por la protección de datos en Internet

Bruselas y Washington siguen alejados en sus planteamientos sobre protección de datos en Internet. La Comisión Europea anunció ayer que adoptará este mismo mes un modelo de contrato obligatorio para la transferencia de datos desde la UE a terceros países. EE UU rechaza una propuesta a la que acusa de someter de facto a sus empresas a las normas europeas.

El contrato será obligatorio para toda transferencia de datos desde la Unión Europea y exige el respeto a unas normas de privacidad equivalentes a las comunitarias. Exportador e importador deberán suscribirlo, salvo que exista un acuerdo marco entre la UE y el país de destino. Bruselas, quizá, sea impotente para exigir su cumplimiento a las empresas de terceros países, pero sí puede impedir que las compañías europeas exporten datos a quienes se nieguen a aceptar el contrato.

La nueva norma crea el escenario para otra refriega entre Bruselas y Washington sobre el tratamiento de datos recopilados a través de Internet. El origen, de nuevo, el estricto respeto a la privacidad que las directivas europeas exigen a las empresas que operan en la Red.

Bruselas aceptó en julio pasado, tras arduas negociaciones con la Administración Clinton, un acuerdo que permite a las empresas estadounidenses someterse voluntariamente a la normativa comunitaria. Pero el eco de la iniciativa ha sido escaso y apenas 45 empresas han suscrito el compromiso de no comerciar o transferir a terceros los datos de clientes europeos sin su previo consentimiento. Además, aquel acuerdo excluía, por expreso deseo de Washington, a todo el sector financiero.

La respuesta de Bruselas es un modelo de contrato obligatorio para exportar datos hacia países o compañías que no cumplan normas de privacidad similares a las europeas. Es decir, EE UU, salvo las 45 empresas que suscribieron el acuerdo de julio. Ayer Microsoft se apresuró a anunciar que lo ratificará antes del 1 de julio. Pero llegó demasiado tarde para evitar el conflicto.

"Las cláusulas del contrato propuesto son una base de trabajo inaceptable", arremeten en una carta conjunta al comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, y los departamentos del Tesoro y de Comercio de EE UU. "Crearán un estándar de facto que cerrará el paso a las compañías estadounidenses (...) que estén cubiertas por otros acuerdos".

Washington critica también con dureza la falta de transparencia en la elaboración de la nueva norma. La Comisión asegura haber consultado con la industria, pero lo cierto es que públicamente sólo constan cinco aportaciones desde el exterior, y todas bastante críticas con la repercusión económica de la propuesta. "Exagerados", rechaza Sue Binns, directora de área en el departamento de Bolkestein, "no existen evidencias serias de que la protección de datos imponga un coste insoportable a las empresas".

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