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Aznar retoma el diálogo con el PNV mientras Ibarretxe se aleja de EH

El presidente del Gobierno trasladó ayer a la ejecutiva nacional del PP el mensaje de que hay que finalizar la incomunicación institucional con el PNV y el Ejecutivo vasco, a la vista de los resultados electorales del domingo. Sin embargo, el diálogo con los nacionalistas sobre la superación de la violencia estará condicionado a las propuestas que haga Juan José Ibarretxe.

El anuncio realizado ayer por Aznar a la dirección del PP supone poner fin a casi un año de incomunicación con el lehendakari Ibarretxe y con el PNV en las distintas instituciones, tanto de Madrid como del País Vasco.

El último encuentro entre Aznar e Ibarretxe tiene fecha de junio de 2000 y acabó en fracaso. La reanudación del diálogo decidida por el presidente del Gobierno, que incluye el desbloqueo de la renovación del Concierto económico, es consecuencia del triunfo arrollador del PNV en las urnas vascas, donde sacó más de 275.000 votos de ventaja al PP, arrebatándole incluso la hegemonía electoral en Álava, hasta el domingo feudo de los populares.

El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, tuvo una primera conversación telefónica con el ex candidato del PP, Jaime Mayor Oreja, el pasado lunes. Este último confirmó que aceptará participar en la ronda de contactos que Ibarretxe abrirá esta misma semana para formar Gobierno e intentar crear una mesa de diálogo para recuperar la unidad de acción de los partidos contra la violencia terrorista.

Esta última iniciativa es la que despierta más recelos en la dirección del PP. Su secretario general, Javier Arenas, y el propio Jaime Mayor dejaron claro ayer que desde el Gobierno central y desde el PP se ha decidido abrir un compás de espera hasta ver en qué términos formula Ibarretxe su oferta de diálogo contra ETA. "Hay que ver de qué se habla, quién y cómo se hace", señaló Mayor. De momento, el rechazo a la mesa "a la irlandesa" propuesta de manera informal por el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, es total en el PP. En este contexto, Arenas subrayó que ha mantenido dos conversaciones recientes con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en las que ambos han coincidido en respetar la vigencia del pacto antiterrorista firmado el pasado diciembre.

Mayor Oreja ha confirmado su decisión de permanecer en el Parlamento vasco como portavoz de su partido, una vez que ha contraído el compromiso personal de ser coherente con el discurso desarrollado hasta ahora, que no sufrirá cambios "en lo esencial", comentó Arenas.

Espejismo nacionalista

Aznar, Arenas y Mayor Oreja trasladaron ayer a la ejecutiva una interpretación coincidente de los resultados de las elecciones del domingo. El presidente del Gobierno considera que el ascenso del nacionalismo "es un espejismo" provocado por la concentración del voto en el PNV, ante el que el PP luchará desde la oposición.

No obstante, desde la "decepción" provocada por el "incumplimiento de las expectativas" abrigadas durante largo tiempo por los populares, Aznar relacionó el fracaso de su alternativa en el País Vasco con los cálculos fallidos que el PP hizo en Álava, donde el PNV recuperó la primera posición, y con el fuerte trasvase de votos de EH hacia el partido de Arzalluz, cifrado en cerca de 80.000 en los tres territorios vascos.

El PP calcula que de los 160.000 electores más que se acercaron a las urnas el domingo en relación con la consulta de 1998, 57.000 votaron a este partido, 32.000 al PSE y el resto, en su mayoría, al PNV.

A partir de estos datos y de la relativa consolidación del PP en las grandes ciudades, Arenas considera un error deducir que "la sociedad vasca permanece estática". "Como segunda fuerza política", comentó, "liderará la alternativa de la libertad, sin olvidar que uno de cada cuatro vascos nos ha votado".

Mayor se mostró pesimista al hablar de terrorismo. Sospecha que ETA se propone "administrar" a su manera el bajón electoral de EH.

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