Solbes estrecha el cerco a las promesas electorales en Italia
Italia entra en la recta final de unas elecciones que, inesperadamente, han adquirido dimensión europea. Si los observadores políticos de la Unión tiemblan ante la posible concentración de medios de comunicación públicos y privados en manos del magnate Silvio Berlusconi, los analistas económicos no respiran con más tranquilidad ante unos programas electorales cuyo estandarte consiste en promesas de rebajas fiscales.
El candidato de la coalición de izquierdas, Francesco Rutelli, se ufanaba esta semana del denso libro, disponible también en Internet, que recoge su programa de Gobierno en caso de una posible victoria electoral. Pero lo cierto es que el Polo de las Libertades, la coalición de derechas que lidera Berlusconi, no parece precisar muchas páginas para contrarrestar las promesas más atractivas del Olivo.
Ambos grupos se disputan la cerrada carrera electoral que concluye en las urnas el próximo domingo 13 de mayo con un sumario de promesas de rebajas fiscales que, en ninguno de los dos casos, parecen ir acompañadas de medidas compensatorias en el recorte del gasto público.
Las autoridades económicas de la zona euro observan con inquietud esta alegría en la política fiscal en un país cuya deuda pública se situó el año pasado todavía en el 110,8% del PIB (los criterios de convergencia para la Unión Monetaria fijaban un 60%) y cuyo déficit presupuestario se deslizó hasta el 1,5%, dos décimas más de las previstas en el programa de estabilidad del año 2000.
El comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, al término de la reunión de los ministros de Economía (Ecofin) del pasado lunes, concedía el beneficio de la duda a los políticos italianos. "No hay que debatir sobre programas electorales, sino sobre normas decididas", respondía en rueda de prensa. Pero recordaba que "hay unos compromisos fiscales que son los definidos por las Orientaciones Generales de Política Económica [GOPE] (...) y estoy seguro de que el Gobierno italiano que salga de las urnas los respetará".
Por si acaso, el borrador de las GOPE, que el Consejo Europeo debe aprobar el próximo mes de junio en Gotemburgo (Suecia), delimita el campo de maniobra de quien quiera que gane en las urnas.
"El control del gasto corriente primario continuará siendo un punto clave para Italia", exigen las GOPE, un texto que permitió al Ecofin rechazar el Presupuesto de este año presentado por la República de Irlanda. "Considerando que Italia es un miembro de la zona euro", prosigue el texto elaborado por el departamento de Solbes, "su política presupuestaria deberá conseguir en 2001 un déficit del 0,8% (...) y asegurar, cuando prepare el Presupuesto para 2002, el respeto a la senda de reducción del déficit".
Italia se revolvió durante el pasado Ecofin contra estas exigencias. El embajador permanente de Roma ante la Unión Europea (ningún miembro del Gobierno se digno a acudir al Consejo a causa de la agenda electoral) planteó la inclusión de una apostilla al principio de las GOPE de cada país, supeditando los objetivos presupuestarios a la evolución económica de la zona euro.
Pero el comisario descartó cualquier concesión a priori y menos aún a países que, como Italia, apenas cumplen los objetivos fiscales mínimos presentados en 1998 (déficit del 1,2%) y cuya falta de planes de previsión ante el envejecimiento de la población añaden incertidumbre sobre la futura consolidación fiscal. Solbes no bajará la guardia cualquiera que sea la coalición ganadora. El comisario de Competencia, Mario Monti, deberá hacer lo propio si gana una de ellas. La favorita, en concreto.
La UE, telón de fondo de la campaña
El candidato de la coalición de centro izquierda el Olivo, Francesco Rutelli, cargó ayer contra Silvio Berlusconi, candidato de la derechista Casa de las Libertades. "Reducir la presión fiscal del 43% a 33% es imposible, nos haría salir de Europa en media hora", afirmó Rutelli, que ha decidido enarbolar la bandera del europeísmo. "No creo que Berlusconi esté preparado para dirigir la cuarta economía de la UE, él es contrario a la armonización fiscal y a dar más poderes a la Comisión Europea", advirtió el líder del Olivo. Rutelli se situó a favor de la propuesta alemana para reformar las instituciones europeas.
En materia laboral, Rutelli criticó el despido libre y defendió subsidios del 50% del salario para los jóvenes que se queden sin trabajo. También prometió aumentar las pensiones a los jubilados, pero sin especificar la cuantía. El candidato del Olivo señaló que, de vencer el domingo, impulsaría "rápidamente" una ley de incompatibilidades de cargos políticos con intereses empresariales. Un mensaje contra Berlusconi, dueño de casi toda la televisión privada italiana.