Schweppes ultima una alianza con La Casera para frenar a Coca-Cola
El grupo Cadbury Schweppes y los accionistas de la compañía de refrescos española La Casera negocian una alianza estratégica que les permita, de forma conjunta, hacer frente al liderazgo de Coca-Cola en el mercado español. Las negociaciones buscan un acuerdo de amplio espectro, que no descarta la toma de participaciones cruzadas entre ambas compañías.
El grupo español La Casera y la multinacio-nal británica Cadbury Schweppes no se resignan a ser actores de tercera fila en el sector de las bebidas refrescantes en Europa y en concreto en España, uno de los mercados de refrescos más importantes del continente.
La compañía británica y los accionistas de La Casera, el fondo de inversión Alpha Corporate, el propio presidente de la empresa española, José Arozamena, y Paribas ultiman la formalización de una alianza que permita a ambas compañías hacer frente al dominio del mercado que ejercen las multinacionales norteamericanas Coca-Cola y Pepsi Cola
José Arozamena asegura que "las conversaciones que mantenemos con Cadbury Schweppes en Londres están en su fase inicial, no hay ninguna decisión tomada y, por tanto, finalmente, puede adoptarse cualquier acuerdo". Y añade: "Sí es cierto que estamos hablando y que ambos grupos hemos mostrado nuestra voluntad de formalizar una alianza". Arozamena insiste en dejar claro que las conversaciones no giran en torno a una venta de las acciones de La Casera al grupo Cadbury Schweppes, tal y como aseguran insistentemente fuentes del mercado. "Nuestra empresa no está en venta", subrayó. "Estamos muy interesados en estar presentes y participar activamente en la inevitable consolidación que la industria de bebidas refrescantes tiene que afrontar en Europa, sobre todo, tras el veto de la CE a la compra de Schweppes por Coca- Cola".
Según sus palabras, "nuestros socios financieros nos exigen rentabilizar su participación en la empresa y con ese objetivo trabajamos".
Arozamena explica que el mandato dado por la compañía a Crédit Suisse Boston hace dos años busca la formalización de acuerdos con otros operadores del sector. "Con este enfoque es con el que nos hemos sentado a hablar. Nuestra intención es no limitar una eventual operación sólo al mercado español. Creemos que hay buenísimas oportunidades en Portugal y Francia. De hecho, no es posible descartar un intercambio accionarial entre ambas empresas en España, ni tan siquiera que Cadbury Schweppes lleve a cabo una segregación de sus negocios de bebidas en Europa y nosotros podamos participar".
Por su parte, el portavoz de Schweppes en España declinó hacer comentarios.
En España ambas compañías tienen modestísimas participaciones de mercado, de alguna forma aplastadas por el dominio que ejerce Coca-Cola y en menor medida Pepsi Cola. Según datos de analistas, el grupo Schweppes cerró el año pasado con una cuota en el mercado de refrescos en general de poco más del 3%, mientras que La Casera po-see un 7,6%.
Cadbury Schweppes tuvo que renunciar a su proyecto de futuro en Europa hace tres años, cuando la Comisión Europea no vio con excesivos buenos ojos el acuerdo al que llegó para venderle al grupo Coca-Cola sus actividades de bebidas refrescantes. Antes de que la CE se pronunciara sobre el asunto y ante las evidentes obs-táculos que se abrían para la operación, Schweppes y Coca-Cola optaron por no formalizar la compraventa en la Unión Europea. Sólo quedaron fuera de la operación Grecia, Gran Bretaña e Irlanda.
Veto de Competencia
En España, aunque el Gobierno nunca llegó a tomar una decisión limitando o prohibiendo la operación, el Tribunal de Defensa de la Competencia sí elevó un informe a Economía en el que recomendaba que se prohibiera la operación.
Desde entonces, Cadbury Schweppes, que declaró no estratégicas sus actividades de bebidas en Europa para dedicarse al negocio de la confitería industrial, ha concentrado su actividad en este campo en EE UU.
La Casera ganó el año pasado 1.027 millones después de aplicar un severo plan de saneamiento que implicó la salida del grupo de 260 trabajadores. A finales de 2000 sufrió una importante crisis en su equipo directivo por discrepancias en la gestión, que se saldó con la salida del director general, Antonio García de Blas.
Un nuevo campo de lucha
El competitivo mercado de los refrescos en España lleva ya varios meses inmerso en un enfrentamiento crónico. Según directivos de algunas de estas compañías, el veto comunitario a la compra de Schweppes por Coca-Cola en 1999 y la posterior opinión del Tribunal de Defensa de la Competencia, que recomendaba al Gobierno español que no autorizara la operación, abrió una vertiente no contemplada en la pugna comercial que hasta entonces mantenían las empresas del sector.
El mercado español, uno de los principales de Europa, estaba y continúa controlado casi en su totalidad por Coca-Cola y sus embotelladoras. Dentro del mercado es dificilísimo abrirse un hueco y a la vista de la opinión de las autoridades de la competencia, el grupo Pepsico y la propia La Casera se decidieron a invertir una fortuna en abogados y plantarle a Coca-Cola una demanda por abuso de posición dominante ante el Servicio de Defensa de la Competencia. De la instrucción de esta demanda sólo se conoce hasta el momento que las empresas han presentado sus alegaciones pertinentes y que los investigadores del servicio estuvieron un día entero registrando la sede madrileña de Coca-Cola y de algunas de sus principales embotelladoras en busca de documentación comercial que pudiera confirmar las acusaciones de Pepsi Cola y La Casera.
A partir de ese momento, la tensión y los enfrentamientos personales no han disminuido. Coca-Cola se defiende de las acusaciones asegurando que sus competidores pretenden ganar en los tribunales lo que legítimamente han perdido en el mercado.
El movimiento ahora de La Casera y Schweppes, que se ha quedado aislada en Europa, parece en principio más razonable para intentar arañar cuota a la competencia, una vez que, debido al lento proceder de la justicia, la pugna en los tribunales, aunque viva, tiende a olvidarse.