No sólo de OPA vive la Bolsa
La tendencia del mercado español a centrarse en rumores u operaciones de empresas de poco calado no refleja sino la falta de estímulos para el inversor. La otra alternativa que tienen los operadores es dedicarse a la operativa a corto, con los movimientos técnicos como referente.
El inversor final, el que opera desde casa, no sólo está pillado en Terra a 80 o en Sogecable a 60. También está harto de previsiones incumplidas y movimientos horizontales en sus valores. Por eso no se dirige al mercado como no sea para operar con rumores que ha visto por algún foro de Internet. El pequeño inversor no mueve Telefónica o Endesa, sino que los institucionales, sometidos a Wall Street, cambian de sitio soportes y resistencias.
De ello se resiente el volumen de negociación, cuya relativa flaqueza no se corresponde con la mejora de las cotizaciones. Aunque nadie se debe llamar a engaño, la crisis ha sido tan dura que será difícil que la gente confíe de nuevo en la Bolsa. Harán falta muchas historias de éxito como la de Gamesa.
La Bolsa no puede vivir sólo de OPA. Se necesitan más estímulos para inyectar el optimismo. Además, la última escalada ha creado plusvalías latentes muy jugosas en las carteras más especulativas. El miniciclo alcista, así, puede estar agotado, pues según el mercado está más alto el inversor exige más buenas noticias para seguir comprando.
La combinación en EE UU de bajada de tipos y un crecimiento del 2% invita a pensar que el Nasdaq ya tocó suelo. Pero de ahí a experimentar un cambio de sentimiento que rompa los soportes va un mundo. No hay más que ver el agotamiento que mostró el Nasdaq en la sesión del lunes.
Paciencia y barajar. Otra vez la misma cantinela, sí, pero la Bolsa está como está. La alternativa es volverse chartista o dedicarse a la rumorología. Ya se sabe, si no puedes con ellos, únete a ellos.