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ROMÁN KNíRR

'Si pensáramos que Euskadi no tiene remedio, no hubiéramos invertido'

Román Knörr, presidente de la patronal vasca Confebask, está convencido de que el terrorismo acabará en Euskadi 'más pronto que tarde' y pide al Gobierno vasco que salga de las urnas que garantice la normalidad institucional, política y social con el mayor consenso.

Román Knörr (Sueca, Valencia, 1939) lleva en la presidencia de Confebask, la patronal vasca, desde 1999. El colectivo empresarial ha sido uno de los más afectados por el terrorismo de ETA por la vía de la extorsión y, en ocasiones, del asesinato. Knörr, quien asegura que Confebask es una asociación 'plural' y donde cohabitan diferentes sensibilidades políticas, 'como en el conjunto de Euskadi', afirma que 'si los empresarios pensáramos que el País Vasco no tiene remedio, hace tiempo que no hubiéramos invertido'.

Pregunta. A un colectivo tan castigado por el terrorismo como el suyo, ¿qué supuso la ruptura de la tregua por parte de ETA?

Respuesta. Fue, sin duda alguna, una vuelta atrás porque tuvimos un año y pico con un crecimiento económico excelente. Los aumentos del PIB se situaron por encima del 4%. Este año, tras la revisión a la baja que tenemos previsto realizar como consecuencia de la desaceleración, porque no so-mos una isla, el crecimiento será del 3,7%.

P. ¿Por qué la actividad económica no ha dejado de crecer?

R. Somos una sociedad viva, fuerte y donde el empresario ha apostado por su tierra y por su país. Parece que la actividad económica va por un lado y la política, por otro.

P. Aun así, ¿la clase empresarial siente miedo?

R. Más que miedo, lo que tiene es preocupación por la situación a la que se ha llegado de emergencia institucional y sociopolítica que plantea unos enormes déficit para desarrollar la actividad empresarial. El empresario necesita un entorno estable.

P. Entonces, ¿qué se debe hacer?

R. Lo primero es recuperar la normalidad en la convivencia y recuperar el prestigio de las instituciones. Hay que restablecer el sentido ético para provocar el desarme del totalitarismo.

P. ¿Esa es su impresión o el sentir de todos los miembros de Confebask?

R. Desde luego, yo tengo mucha esperanza y creo firmemente que Euskadi tiene futuro. Considero también que el empresario vasco ha sabido siempre superar situaciones difíciles para salir adelante.

P. Sí, pero siempre se ha comentado que, como consecuencia del azote persistente del terrorismo, algunas sociedades se han marchado de Euskadi.

R. No hay una constancia formal de ello y es posible que se haya producido algún caso. Quienes se desplazan son los empresarios, mientras que las compañías permanecen. Sí es cierto que no es difícil pensar que hay proyectos suspendidos o aplazados hasta ver el nuevo escenario que se plantea.

P. ¿Cuál es el perfil del empresario vasco?

R. Hay un altísimo porcentaje que está al frente de pequeñas y medianas empresas. Es, normalmente, un hombre o mujer que ha luchado mucho y a veces de manera heroica en momentos difíciles. Esta entrega no siempre ha contado con la confianza y respeto social.

P. Quizás la apreciación actual no sea la misma...

R. Hay un dato claro. El empresario ha seguido al frente de sus sociedades y se ha comprometido con el país en su desarrollo social y económico. Eso ha servido para variar la imagen que tenían hace dos décadas.

P. ¿Se han acostumbrado a vivir en un clima de violencia?

R. Es tanto el tiempo que ha pasado que es muy posible que se haya llegado a esa situación. Es un escenario instalado, desafortunadamente, en el paisaje vasco.

Eso no quiere decir que no se rebele contra ese ambiente hostil de actividad terrorista que ha sufrido en sus propias carnes. Sin embargo, mantiene sus compromisos de crear empresas, riqueza y empleo.

P. ¿Cuánto puede durar esta situación?

R. No tiene que alargarse mucho. Y nosotros hemos apostado siempre por ello. Si pensáramos que Euskadi no tiene remedio, no hubiéramos invertido. Seguimos con la esperanza de que esto tiene arreglo. La lacra que nos azota tiene que terminar más pronto que tarde.

P. ¿Se paga el impuesto revolucionario?

R. Este tipo de extorsión, de amenazas, se produce periódicamente, por oleadas. Sí niego que se produzca tan frecuentemente como algunos medios de comunicación dan a entender. La posición generalizada de quienes son objeto del intento de extorsión lo rechazan de forma radical y rotunda.

P. Cuando viajan al resto del Estado o al extranjero, ¿qué preguntas les hacen sobre lo que pasa en el País Vasco?

R. La más frecuente es sobre la violencia. Muchos les explicamos que ese no es el dibujo real del país. Además les llama la atención que, pese a todo lo que ocurre, se produzcan destacados incrementos en la inversión.

P. Y, ¿les convencen?

R.Lo intentamos. En el extranjero es especialmente difícil explicar la realidad política, social y económica de Euskadi.

P. ¿Es la patronal Confebask una organización plural?

R. Es como el país, y entre sus miembros hay diferentes sensibilidades políticas, pero todo el colectivo está en la misma onda.

Euskadi debe construirse teniendo en cuenta absolutamente todas las sensibilidades.

P. ¿Se sienten apoyados los empresarios?

R. Se reconoce nuestro papel. Cada vez hay un mayor grado de entendimiento y de colaboración con la sociedad y con todas las instituciones, tanto las autonómicas como las del Estado.

P. ¿Cómo están sus relaciones con los principales sindicatos?

R. Son ahora inexistentes por la orientación tomada por ELA y LAB, las dos centrales nacionalistas que tienen la mayoría sindical en el País Vasco. Basculan hacia posiciones políticas más que a otras de orden sindical y laboral. En ese campo no jugamos.

P. Pero ELA y LAB han roto ya su unidad de acción sindical.

R. No tenía mucho sentido una unidad de acción por los derroteros que habían tomado unos y otros. Hay que normalizar las relaciones.

P. Eso quiero decir que no han llegado a acuerdos de ningún tipo.

R. Bueno, a nivel de las negociaciones de convenios sectoriales importantes la verdad es que hemos cerrado acuerdos razonables.

 

'El nuevo Gobierno debe reflejar la pluralidad política'

El presidente de la patronal vasca tiene muy claro el mensaje que quiere hacer llegar al nuevo Gobierno que salga de las urnas tras las elecciones del próximo 13 de mayo. El Ejecutivo vasco, sea cual sea, debe ser lo más representativo posible y reflejar la 'realidad de nuestra sociedad plural'.

Román Knörr asegura que uno de los objetivos claros que debe tener el nuevo Gobierno es atajar el terrorismo y se muestra optimista con algunas manifestaciones de los llamados partidos constitucionalistas en las que han señalado que 'en este país [Euskadi] hay que contar con todos' y con las realizadas por las formaciones nacionalistas moderadas.

El responsable de Confebask apuesta 'por remar todos en la misma dirección' y por aunar voluntades y sensibilidades para que el País Vasco se convierta en un lugar normalizado. El recado a los políticos incluye también la consecución del mayor grado de consenso posible y la recuperación del prestigio de las instituciones.

La unión de los partidos debe permitir 'luchar contra el enemigo común, que es el terrorismo, y contra aquellas actitudes radicales y totalitarias que no son capaces de respetar las ideas de los demás'.

Knörr solicita a los partidos que dejen la renegociación del Concierto Económico al margen 'del rifirrafe partidista y político'. En su opinión, el Concierto ha sido capaz de aunar sensibilidades, 'de vertebrar el país'. El nuevo Concierto debe estar adaptado a la realidad actual y al entorno europeo 'y se debe tratar por encima de todo de evitar su permanente judicialización, como ha ocurrido en fechas recientes'.

Respecto del Gobierno presidido por Ibarretxe estima que no todo lo ha hecho mal, 'como parece desprenderse de algunos mensajes', y le reconoce la labor realizada en temas de política industrial, empleo y en la Sanidad, 'donde estamos por delante de otras comunidades'.

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