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Bush reduce drásticamente los fondos para afrontar la demanda contra las tabacaleras

El presidente estadounidense, George Bush, ha puesto en peligro la demanda del Gobierno federal contra las tabacaleras proponiendo una drástica reducción de los fondos destinados a financiar esta batalla legal.

Según informó ayer el diario Washington Post, el equipo legal que lleva la demanda calcula que necesitará 57,6 millones de dólares el año próximo. Y el proyecto de Presupuestos de Bush, que todavía está tramitándose en el Congreso, les asigna sólo 1,8 millones de dólares.

El Departamento de Justicia ha respondido enviando un informe al fiscal general, John Ashcroft, en el que avisa que, si no reciben el dinero necesario, "no podemos mantener esta acción" ni "hay posibilidades realistas" de sellar un pacto que obligue a las tabacaleras a pagar compensaciones.

El Gobierno federal demandó a estas compañías en 1999, bajo el mandato del presidente demócrata Bill Clinton. La demanda cita como inculpadas a las empresas Philip Morris, RJR Reynolds, Brown & Williamson Tobacco, Lorillard Tobacco y Ligget Group; al Instituto del Tabaco y al Consejo para la Investigación del Tabaco.

Reclamaciones

La demanda les acusa de "hacer innumerables testimonios falsos y engañosos" sobre la adicción y los problemas de salud provocados por el tabaco, y reclama miles de millones de dólares en compensaciones (la cifra final todavía está por definir).

Tras el triunfo electoral del republicano Bush, algunos analistas del sector especularon con la posibilidad de que el nuevo Gobierno redujera la presión judicial sobre las tabacaleras.

Recortando el presupuesto para esta batalla legal, Bush consigue echar un importante capote a las tabacaleras (empresas que, según el Centro para una Política Responsable, donaron más de siete millones de dólares a los políticos republicanos sólo en el año 2000) sin tener que adoptar de forma abierta la polémica decisión de retirar oficialmente la demanda contra las compañías.

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