El jamón de Trevélez duplica las ventas en los mercados exteriores
El jamón blanco de Trevélez (Granada) duplicará este año las ventas en los mercados exteriores, en su tercer ejercicio como producto protegido por una denominación de origen. Japón es el principal punto de destino de los perniles granadinos.
El jamón de Trevélez se ha lanzado con fuerza a conquistar el mercado exterior. Desde que salieran a la venta las primeras piezas protegidas con denominación específica, a principios de 1999, el sector afronta su tercer ejercicio exportador con el objetivo de consolidar los mercados abiertos en los dos años anteriores.
Si en 2000 se exportaron alrededor de 5.000 jamones, "en este ejercicio esperamos alcanzar las 12.000 piezas", estima Gabriel Martín, responsable de Comercializadora del Jamón de Trevélez, una sociedad creada por el consejo regulador del jamón granadino para fomentar la exportación.
No es la primera vez que el jamón de Trevélez –localidad de la Alpujarra granadina– traspasa las fronteras españolas. Pocos saben que en el siglo XIX el pernil granadino tuvo dos embajadoras de excepción: nada menos que la reina Victoria de Inglaterra y la granadina Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia, que convirtieron el ja-món de Trevélez en un manjar asiduo de sus mesas reales, tanto en Inglaterra como en Francia. Asimismo, la reina española Isabel II premió el jamón granadino con un sello real en 1862, que figuró estampado en las piezas hasta finales de ese siglo.
Precisamente el consejo regulador del jamón de Trevélez ha recuperado este se-llo real para añadirle valor comercial a sus jamones, que se venden con la marca Tradición 1862 y el menciona-do sello.
Si en el siglo XIX Inglaterra y Francia constituían los mercados exteriores del jamón granadino, ahora las exportaciones se han abierto a otros destinos. El jamón de Trevélez fue el primero español en entrar a principios de 2000 en Japón, que un año antes abrió sus fronteras al cerdo español. En la actualidad se ha convertido en el principal mercado exterior de Trevélez, adonde prevé enviar este ejercicio unos 4.000 jamones (alrededor de 25 toneladas). Tras Japón se sitúan Alemania, con unas ventas estimadas de entre 3.000 y 3.500 piezas, y Suiza, con unos 2.000 jamones.
"Tenemos otros contactos, sobre todo en países escandinavos, pero primero queremos consolidar los mercados ya abiertos y subir las ventas en esos países", indica Gabriel Martín.
El consejo regulador del jamón de Trevélez está compuesto por 11 empresas que producen unas 600.000 piezas anuales, de las que se venden bajo denominación protegida 150.000. La denominación específica garantiza que los jamones son curados únicamente con sal, sin ningún aditivo y sin acelerar artificialmente la curación (superior en todo caso a los 14 meses), aprovechando las condiciones climáticas de Trevélez (el pueblo más alto de España, a más de 1.500 metros sobre el mar). El sector facturó el año pasado 2.500 millones de pesetas (15 millones de euros).
El blanco, tras la senda de calidad del ibérico
Junto con el jamón de Teruel, el de Trevélez constituye la única denominación protegida en el jamón blanco, que trata de alcanzar una imagen de calidad como la lograda por el jamón ibérico, que cuenta con cuatro denominaciones de origen, Huelva, Guijuelo (Salamanca), Dehesa de Extremadura y Los Pedroches (Córdoba), y que se vende a un precio tres o cuatro veces superior al jamón blanco.
Para ello, los empresarios del jamón de Trevélez están promoviendo iniciativas que mejoren la calidad de sus piezas. Acaban de crear una sociedad de investigación y desarrollo cuya actividad pretenden extender a otros productos agroalimentarios de la Alpujarra, proyectan investigaciones sobre nutrición animal en colaboración con el CSIC y contarán antes del verano con un laboratorio para controlar la calidad de los jamones. "Buscamos jamones con más grasa infiltrada, como los ibéricos", dice Martín. Además, los empresarios, que cuentan con más de 20.000 metros cuadrados de secaderos naturales, están embarcados en lograr la certificación de calidad ISO 90002, para añadir más valor a sus piezas.