'Los sindicatos olvidan la política al negociar'
El presidente del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) de Euskadi, Alberto Esteban, analiza el vínculo de los sindicatos vascos con la política ante las elecciones autonómicas del próximo 13 de mayo, desde su posición de varios mandatos al frente de una institución en conexión directa con el mundo laboral.
Pregunta. Euskadi tiene una cultura sindical muy arraigada que a veces se entiende como sinónimo de conflictividad laboral. ¿Es cierta o falsa esta relación?
Respuesta. La existencia de esa cultura es evidente y propicia estructuras sindicales muy consolidadas, niveles de afiliación más altos que en otras comunidades, y hasta cajas de resistencia de apoyo a las huelgas. Pero esto no perjudica las relaciones entre empresarios y sindicatos, sino que las favorece, porque propicia el reconocimiento mutuo y la identificación de los intereses respectivos.
P. Pero las huelgas continúan.
R. En el primer trimestre del año, el número de huelgas ha sido similar al del mismo periodo de 2000. Pero ha aumentado el volumen de jornadas no trabajadas y de empleados afectados, porque los paros han afectado a colectivos mayores, como el de la industria siderometalúrgica, el del sector del papel en Guipúzcoa y el de las grandes empresas.
P. Los sindicatos vascos confluyen y se alejan. Así, LAB suscribe en solitario la convocatoria de huelga general de EH del pasado 10 de abril. Antes, ELA rompe su unidad con LAB por el fin de la tregua de ETA. Luego, el preconvenio del metal de Guipúzcoa, que afecta a 45.000 personas, es firmado por CC OO, UGT y LAB, con ELA fuera. ¿Son ejemplos de que la política incide más en el mundo sindical vasco que en otras autonomías?
R. Es imposible separar la economía de la política y la sociedad. Y en Euskadi hay unos sindicatos claramente mayoritarios, que son ELA y LAB. Pero las centrales, a la hora de negociar una mejora de las condiciones laborales, olvidan las diferencias políticas, que se atemperan y se diluyen, nunca se convierten en un factor crítico en una negociación con los empresarios.
P. Es decir, que ellos marcan bien las diferencias.
R. Sí. Hay que diferenciar la acción político-institucional del sindicato, que la tiene y que en el País Vasco influye de una forma decisiva, de la acción reivindicativa, sólo orientada a la mejora de la calidad de vida laboral. Prueba de ello en Euskadi fueron los acuerdos unánimes sobre el empleo y la reforma del Preco (institución de arbitraje en conflictos laborales).
Y en los convenios colectivos, los sindicatos aplican esos criterios. A veces están de acuerdo, y en otras, no. Por cierto, al cierre del primer trimestre del año ya se han firmado acuerdos que afectan al 60% de los trabajadores en convenio, con una subida salarial media del 3,8%.