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ANDALUCÍA

El espárrago verde crece mucho, pero rinde menos

Granada produce tres cuartas partes del espárrago verde europeo, pero el sector carece de fortaleza empresarial y sus campos empiezan a dar síntomas de agotamiento.

Los agricultores de Huétor Tájar (Granada) crearon a mediados de los años ochenta un festival de música, el Espárrago Rock, para promocionar el principal producto de su localidad. El festival se celebra ahora en Jerez, pero a los productores de Huétor Tájar ya no les importa. Su espárrago verde ha traspasado fronteras y se exporta a una decena de países europeos y americanos.

Frente al espárrago blanco, que ha tocado techo, el verde, del que en Granada se cultivan tres cuartas partes de la producción europea, no para de crecer. El sector batirá este año -la temporada va de febrero a junio- su récord de cosecha, con más de 16 millones de kilos (tres millones más que en 2000) repartidos en 3.500 hectáreas de una decena de pueblos de la vega granadina del Genil, con una facturación de entre 3.000 y 3.500 millones de pesetas (entre 18 y 21 millones de euros).

Pero el incesante incremento de la producción está desvelando también las carencias de un sector que ha crecido sin control. De las contadas empresas que comercializaban este producto en los años ochenta, se ha pasado a casi una treintena de operadores, la mayoría con escaso volumen de ventas.

"El sector está demasiado diseminado, falta concentración empresarial", reconoce Juan Antonio Espejo, secretario del consejo regulador del espárrago verde-morado, la variedad autóctona de Huétor Tájar, protegido por una denominación específica, aunque el espárrago más común en la zona es una variedad híbrida, de mayor calibre y oriundo de Estados Unidos.

Un informe de Eseca (sociedad de estudios de la Caja de Granada) destaca el escaso poder comercial del espárrago. Echa en falta una coo-perativa de segundo grado que agrupe todo el producto de la comarca, para así obtener mejores condiciones de venta. La única entidad de este tipo, Copres, mueve sólo un millón de kilos.

Cesurca es la cooperativa de mayor producción, con 3,5 millones de kilos, y la única que vende parte de su producción en conserva. El informe de Eseca también critica el escaso recurso a este proceso de transformación, que sólo se utiliza "cuando bajan mucho los precios en fresco", afirma el secretario del consejo regulador.

El caso es que el sector granadino del espárrago no es capaz de influir en el mercado. "A principios de temporada [febrero] sufrimos la competencia de Latinoamérica y EE UU", dice la gerente de Copres, Fabiola Pérez. Más tarde, con la llegada del buen tiempo, la producción se dispara, desaparece la competencia, pero, como ha pasado este año, se produce un exceso de oferta que hace bajar espectacularmente los precios. "De unos niveles iniciales de entre 400 y 500 pesetas por kilo [de 2,4 a tres euros] hemos pasado a 250 pesetas [1,5 euros]", indica Espejo, lo que merma la rentabilidad de un producto cuyo coste por kilo está en unas 140 pesetas. Algo parecido, si bien todavía no tan grave, a lo que está ocurriendo con la fresa de Huelva.

Como indica el informe de Eseca, una mayor concentración empresarial "controlaría mejor la sobreproducción y la caída de precios", pues el sector podría negociar más ventas en firme a grandes superficies y no tanto a través de intermediarios, como sucede ahora. "Nadie da el primer paso para la concentración y las pocas iniciativas que se han planteado no han cuajado", afirma Espejo.

Además, Eseca alerta sobre el "agotamiento" del suelo dedicado a este cultivo, que ha hecho caer la productividad desde 6.000 kilos por hectárea a 3.000 o 4.000 en las parcelas más castigadas, por lo que recomienda la rotación con otros productos hortícolas.

Pese a sus precios inestables, el espárrago verde granadino gana cada vez más mercados. Esta campaña exportará algo más de la mitad de la producción, sobre todo a países europeos, y ha abierto hueco en EE UU con la variedad autóctona de Huétor Tájar. El consejo regulador pretende introducir cada vez más esta variedad entre los productores -ahora no llega al 5% del espárrago total-, ya que la denominación de origen permite obtener mejores precios, sobre todo en los mer-cados exteriores, pese a su menor calibre y productividad inicial. Por eso investiga para mejorar la variedad y lograr un producto más homogéneo, de mayor calibre y con menor coste de explotación.

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