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Iberia diseña un plan para reducir el impacto del AVE a Barcelona

Iberia prevé que el nuevo tren de alta velocidad (AVE) entre Madrid y Barcelona logre el 50% del mercado de pasajeros entre ambas ciudades cuando la línea entre en servicio en el año 2005. Pese a esa pérdida de cuota, la aerolínea ha calculado que mantendrá el tráfico total que registra en esa ruta hoy día, cifrado en tres millones de pasajeros. Esta estimación se basa en el fuerte crecimiento esperado del flujo entre ambas ciudades y en una nueva estrategia comercial y de explotación del puente aéreo, con el fin de hacerlo más competitivo.

Iberia ha calculado el impacto del nuevo AVE en su principal ruta por volumen de tráfico, el puente aéreo Madrid-Barcelona. En 2005, cuando la nueva infraestructura ferroviaria esté disponible, el tren se llevará cerca del 50% del mercado, según los cálculos de la dirección de la compañía de bandera. Sin embargo, pese a esa pérdida de cuota, Iberia espera mantener el mismo número de viajeros que transporta hoy día entre ambas ciudades en ambos sentidos, tres millones, debido al crecimiento esperado de la movilidad en este corredor. El tráfico en transporte publico entre ambas ciudades rondará los ocho millones de desplazamientos.

Hoy día, Iberia controla cerca del 75% del mercado entre las dos grandes ciudades españolas. De esos tres millones de viajeros, dos son usuarios del puente aéreo, es decir, de vuelos sin reserva, y otro millón de vuelos con reserva. El resto del mercado, cerca de un millón de pasajeros, está en manos de Air Europa y Spanair casi a partes iguales.

La empresa que preside Xabier de Irala prepara una batería de medidas comerciales para hacer frente a esa competencia del tren veloz y mantener su volumen de tráfico.

Después del verano, Iberia va a introducir en esta ruta una tarjeta inteligente y personalizada que permite comprar un billete y abordar el avión con sólo mostrar la banda magnética a unos lectores instalados en la terminal de cada aeropuerto.

Es decir, no hará falta billete ni pasar previamente por ningún mostrador. Iberia ultima un acuerdo con una entidad financiera para poner en marcha este proyecto, que podría extenderse a otras rutas de su red. Al mismo tiempo, AENA está desarrollando los planes de ampliación de Barajas y El Prat, que incluyen nuevas terminales y pistas de despegue y aterrizaje. Asimismo, el Metro de Madrid prevé acabar en 2002 las obras de enlace de Barajas con el centro de la ciudad, desde donde se podrá facturar. En Barcelona, la Generalitat negocia con Fomento la conexión de El Prat con la propia línea AVE.

Actualmente, el puente aéreo de Iberia genera el 14,5% de los ingresos por pasaje en el mercado doméstico, es decir, 30.700 millones de pesetas, sobre un total de 212.000 millones.

El conjunto de las rutas entre la Península y Canarias genera, por su parte, el 23% de los ingresos por pasaje de la empresa en España.

La facturación total por tráfico del grupo Iberia el pasado ejercicio alcanzó los 592.000 millones de pesetas, por lo que el negocio del puente aéreo representa el 5% de esa cantidad. En términos generales, Iberia considera que el AVE es un modo de transporte complementario que puede aportarle importantes flujos de tráfico a sus rutas europeas e intercontinentales.

 

Un corredor con más de 18 millones de viajeros al año

El corredor entre Madrid y Barcelona se configura a medio plazo como uno de los más importantes de Europa por volumen de tráfico. Renfe e Iberia prevén a medio plazo, en la segunda mitad de esta década, que esa ruta contabilice cerca de 18 millones de viajeros.

Esta cifra se desglosa en los 14 millones de pasajeros que prevé canalizar la nueva línea de alta velocidad, sumando los trayectos entre origen y destino y los múltiples servicios para comunicar otras localidades que utilizarán en parte esta moderna infraestructura, junto a los tres millones de viajeros que prevé mantener Iberia y el millón de personas aproximado que mueven las dos aerolíneas competidoras, Spanair y Air Europa.

Para hacer frente a este fuerte incremento de la movilidad en los dos grandes modos de transporte público, que supone triplicar con creces las cifras actuales, Renfe, el principal actor en ese nuevo escenario gracias a la nueva línea de alta velocidad, ha adquirido 32 trenes de alta velocidad por 123.000 millones de pesetas.

En las próximas semanas cerrará dos pedidos adicionales de trenes de alta velocidad regionales, con velocidad punta de 270 kilómetros por hora y menores prestaciones que las unidades encargadas recientemente a Siemens y Talgo, y trenes dotados con sistema de cambio de ancho automático. Unos y otros circularán total o parcialmente por la nueva línea.

Del primer tipo de trenes prevé adquirir un máximo de 30 unidades, y del segundo, 22 composiciones. La inversión total puede ascender a 80.000 millones de pesetas.

De momento, el Gobierno mantiene como fecha oficial de apertura del primer tramo de la línea, el que discurre entre Madrid y Lérida, diciembre de 2002. La ruta completa entre la capital de España y Barcelona se quiere inaugurar en diciembre de 2004.

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