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FRANQUICIAS

Los videoclubes pierden el toque humano y se hacen automáticos

El alquiler de cintas de vídeo o DVD encuentra en las máquinas expendedoras un segmento capaz de competir como negocio independiente o como parte de otro. En España ya hay unas 2.500.

Los videoclubes de barrio lo tienen cada vez más difícil. A la competencia que ejercen los grandes grupos internacionales como Blockbuster, con fuertes planes de crecimiento e inversiones, se han añadido las máquinas expendedoras de películas de vídeo y DVD, un negocio en clara expansión que ya cuenta en España con unas 2.500 unidades, según estiman fuentes del sector.

La ventaja que ofrece este sistema automático es su facilidad para instalarlo tanto en locales específicos como complemento a otras actividades. Según Carlos Galán, director comercial de Videomatic (una de las empresas líderes) ésta es la modalidad que más está creciendo y son comercios como las ferreterías o las tiendas de discos las más receptivas a este tipo de negocio.

La desventaja de la máquina expendedora (la mayoría de fabricación italiana) es la impersonalidad que se cierne sobre ella y la pérdida de la relación con el comerciante, sobre todo en aquellos casos en los que se gestiona como actividad complementaria. De cualquier modo, la contrapartida que se ofrece es la posibilidad de alquilar o devolver películas durante las 24 horas del día.

Entre las tres principales compañías que operan en España (CineBank, Videomatic y Technovideo) se reparten una cuota de mercado que supera el 80%, con unas 2.100 máquinas instaladas.

La que tiene una mayor presencia es CineBank, filial del grupo italiano Video System, que suministra las máquinas expendedoras. Según Judith Borrás, directora de marketing de la compañía, ya han instalado unas 1.400 unidades, una parte de las cuales están en las propias cadenas de videoclubes, como Blockbuster o Boom Vídeo, que de este modo intentan ampliar su gama de servicios al cliente.

Al margen de estos aparatos, que llevan incorporada la enseña identificativa de cada uno de los grupos, CineBank cuenta con su propia cadena de videoclubes automáticos. æpermil;sta es una de sus prioridades y para ello ha puesto en marcha un proyecto para lanzar una nueva imagen corporativa que unifique y dé fuerza a toda la red, potenciando su impacto visual y el reconocimiento de marca por parte del consumidor.

Esta iniciativa forma parte del plan de expansión que lleva a cabo la cadena. Según Judith Borrás, la idea es incorporar unos 300 nuevos puntos de venta al año.

Otra de las cadenas con fuerte implantación en el mercado español es Videomatic, una sociedad vinculada al grupo Papillón Films, especializado en la distribución de cine y vídeo y que tiene su sede en A Coruña. Videomatic, que entró en este negocio hace tres años, cuenta con un parque de 420 máquinas instaladas, al que prevé añadir otros 120 puntos de venta a lo largo de este año. Según Carlos Galán, al rítmo de crecimiento que va el mercado español, es probable que en tres años se habrá llegado a un punto de saturación, con más de 4.000 dispensadores automáticos de cintas de vídeo y DVD en funcionamiento.

Para prevenir esta situación, Videomatic ha iniciado ya la salida al exterior. Francia, donde ya han instalado dos máquinas y tienen comprometidas otras 30, y Portugal, donde se ha constituido una filial y ya operan cuatro unidades, son los dos puntos de partida de la internacionalización del negocio. En Portugal se espera que a final de 2001 estén funcionando entre 20 y 25 máquinas.

Otra de las empresas afianzadas en el sector y que planea mantener su ritmo de crecimiento es Technovideo, filial de la italiana Technoware Engineering. Con unas 400 unidades repartidas por el mercado español, la cadena prevé incorporar unas 200 a lo largo de este año y pilotar desde España la expansión en Portugal y América Latina.

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