Los resultados de las empresas de Estados Unidos marcarán el rumbo de la Bolsa
El otoño último marcó una nueva etapa en las Bolsas del mundo. Tras seis años de exuberancia y alzas continuadas, siempre bajo la batuta del mercado tecnológico estadounidense Nasdaq; tras seis años de desprecio a los valores fundamentales de las empresas y el aplauso a aquellas que acumulan pérdidas billonarias, los mercados giraron sobre sí mismos en octubre pasado.
El cambio drástico experimentado desde entonces está fundamentado en dos hechos. Uno, en el inicio de los profit warnings, revisiones a la baja de los beneficios de las empresas, que cogió por sorpresa a la comunidad financiera internacional debido a la velocidad con la que se producen los ajustes. Luego, en el castigo, con saña, a los valores de la nueva economía. A más pérdidas, mayores recortes. Justo lo contrario de lo vivido antes.
Los resultados de las empresas cotizadas han conseguido, así, alcanzar el protagonismo que se merecen, hasta el punto de anular la influencia directa que en las cotizaciones han tenido, desde siempre, los tipos de interés.
Respingos alcistas de la dimensión del observado el jueves en el Nasdaq estuvieron avalados por anuncios de beneficios de otras tantas compañías mejores de lo esperado. Dell, segundo fabricante del mundo de ordenadores personales, anunció que sus resultados se van a ajustar a lo previsto. Alcoa, primer fabricante de aluminio, apuntó que sus resultados del primer trimestre han superado las previsiones del mercado. Y Yahoo saca pecho, al considerar un banco de inversión de renombre que esta compañía ya ha pasado lo peor.
En las últimas cuatro semanas se han observado incrementos notables en los niveles de volatilidad de las Bolsas, sólo comparables con los que se produjeron en marzo del año pasado. Los analistas consideran que la situación se mantendrá en las próximas semanas debido a la confusión que un día sí y otro también va a generar la cascada de resultados empresariales en Estados Unidos. Es más, analistas de prestigio insisten en que los mercados pueden volver a zona de mínimos si los resultados son tan pobres como se ha pregonado.
Los bonos comienzan a relajarse
Analistas, inversores, operadores y gestores cruzan apuestas sobre la evolución de los tipos de interés tanto en la zona euro como en Estados Unidos. Piden, como consenso, rebajas agresivas al considerar que su negocio, el de la intermediación financiera, se verá muy favorecido por este hecho.
La política de silencio de Alan Greenspan en sus últimas comparecencias públicas respecto a la situación de las Bolsas y las expectativas de tipos de interés confirma que está más pendiente de la situación económica que de la de los mercados. Miembros cualificados del Banco Central Europeo se han alineado con este proceder al manifestar esta semana que lo conveniente es mantener una actitud de esperar y ver, antes que precipitarse.
Existen mecanismos en el mercado, no obstante, que con frecuencia anticipan los movimientos de los tipos de interés. Los bonos, así, han experimentado un comportamiento singular en las dos últimas semanas. Primero, se han relajado. Luego, han reorientado la tendencia de precios a la baja y rentabilidades al alza.
Los expertos señalan que esta evolución de los bonos anticipa un giro próximo en el proceso de enfriamiento de la economía de Estados Unidos. Apuestan, por tanto, por la recuperación económica y tipos de interés estables.