Villar Mir y EnBW optarán a Viesgo para elevar el tamaño de Cantábrico
Villar Mir, presidente de Ferroatlántica, prevé que más del 60% del capital de Cantábrico acuda a la OPA que ha lanzado con la alemana EnBW sobre la compañía asturiana. Y proyectan optar a la compra de Viesgo para aumentar el tamaño del grupo. Además, quieren la dirección y el control del consejo.
La nueva Ferroatlántica, que estará participada al 50% por el grupo Villar Mir y por la alemana Energie Baden Wüttemberg (EnBW), optará a la venta de los activos que Endesa sacará al mercado, que previsiblemente son los que están ubicados en el norte de la península Ibérica y que pertenecieron a Electra de Viesgo. Juan Miguel Villar Mir, presidente de Ferroatlántica, señaló que ése sería el procedimiento más racional para crecer, siempre que el precio de venta sea adecuado. Precisamente, Villar Mir fue el último presidente de Viesgo.
En cualquier caso, el objetivo de este consorcio, si toman el control de la eléctrica asturiana, es duplicar sus dimensiones en el plazo de cinco años, tanto en lo que se refiere a activos como a clientes cualificados.
En esta línea, el director general de EnBW para el área internacional, Hans Bubeck, añadió que su compañía estaría dispuesta a negociar con Endesa un intercambio de activos, aunque todavía era prematuro hablar de negocios concretos.
En la intervención de ambos lo que se mostraba era la casi plena seguridad de que con su OPA, que concluye el lunes 9 de abril, se harán con el control de Cantábrico. Y no temen grandes obstáculos, ni siquiera que el Gobierno limite los derechos políticos al 3% por la participación de Electricite de France (EDF) en el capital de EnBW.
Villar Mir prevé que su consorcio supere el 60% del capital de Cantábrico y que a su OPA acudan, además de accionistas minoritarios, la belga Electrabel (10% del capital) y las llamadas familias asturianas (10%). La empresa belga va a conseguir plusvalías por 8.000 millones, mientras que TXU perderá más de 11.000 millones por su pacto con Cajastur-EDP (vende a 24 euros, frente a los 27,3 de esta renovada OPA).
Después, a juicio del presidente de Ferroatlántica, se abrirán negociaciones con los restantes accionistas, previsiblemente sólo serán EDP-Cajastur (el 35%). Y se mostró partidario de que, a partir de ahora, el número de representantes de cada accionista en el consejo de administración sea proporcional a su cuota en el capital.
Ferroatlántica y EnBW tampoco parecen dudar de que tomarán la gestión de la empresa asturiana. A este respecto añadió que prevé la continuidad del equipo directivo, pero no el de las personas que ocupan niveles superiores.
"Para mí no es un objetivo ser presidente, pero lo aceptaría si fuese la mejor solución y para llenar una etapa", añadió Villar Mir. Y se declaró rotundamente a favor de la eliminación del actual blindaje de Cantábrico que "protege a consejeros contra los accionistas".
El presidente de Ferroatlántica no prevé que se planteen problemas irresolubles. La OPA, si acude el 60% del capital, tendrá un coste de 300.000 millones, que se financiará con una ampliación de capital de Ferroatlántica por 100.000 millones. La cifra restante corresponderá a créditos bancarios.
Rato vigilará la entrada de grupos públicos
El vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, señaló ayer que analizará la entrada de grupos con participación pública en el sector eléctrico español, en referencia a la de EnBW en Cantábrico. El examen comprenderá el papel de las Administraciones públicas en el accionariado de compañías que pretendan instalarse en el mercado eléctrico español. Las decisiones se tomarán en función de las competencias que esos accionistas tengan, diferenciando la presencia de Administraciones. Sin embargo, Villar Mir señaló ayer que su OPA "no está sujeta a autorización administrativa", ya que EDF no controla EnBW y esta empresa alemana no va a controlar Ferroatlántica. Pero, en el folleto presentado a la CNMV, Ferroatlántica reconoce que se dirigió a la Secretaría de Estado de Economía y Energía para presentarle su primera oferta y ésta mostró preocupación ya que "EnBW podría alcanzar una participación superior al 3% de Cantábrico a través de Ferroatlántica, además del control coordinado que ambas empresas pretenden ejercer". De mantenerse dicha opinión, de la que el oferente discrepa, se señala que "debería instruirse por la citada Secretaria de Estado un expediente para que el Consejo de Ministros decida si reconoce o no el ejercicio de los derechos políticos".