_
_
_
_
POLÍTICA

Pujol esperó a cerrar la crisis con Unió antes de anunciar su retirada

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, quiere dejar su herencia atada y bien atada. Por eso esperó hasta el sábado, el día en el que Convergència y sus socios de Unió daban luz verde a su propósito de convertirse en federación, para anunciar su retirada. Lo reconoció ayer implícitamente, al asegurar que "lo importante no son las elecciones de 2003 sino la consolidación de la herramienta de trabajo que es CiU de cara a un futuro posterior."

Tras 21 años en el gobierno, recomponer las maltrechas relaciones entre los dos partidos que integran la coalición era para Pujol una asignatura pendiente. Y aunque el "Protocolo de bases para la federación de Convergència i Unió" que el sábado aprobaron ambos es tan sólo el comienzo, Pujol creyó que había llegado el momento de confirmar públicamente lo que era un secreto a voces. Lo hizo ante el Consejo Nacional de su partido y lo repitió dos veces: "Por si a alguien no le ha quedado claro, el candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat en las elecciones de 2003 será Artur Mas, porque yo no volveré a presentarme a las elecciones", añadió.

Tras una larga ovación de sus compañeros de partido, Pujol aclaró que no piensa retirarse de la vida política y que está dispuesto a seguir liderando el nacionalismo catalán y, por supuesto, a finalizar la legislatura. Aseguró que la decisión le había resultado dolorosa porque se sentía con fuerzas para volver a concurrir a los comicios autonómicos y salir victorioso, aunque su objetivo no era "ganar el séptimo Tour".

El anuncio del presidente catalán cogió a todos por sorpresa, a su partido y a los democristianos, y eclipsó en parte la que debía ser la gran noticia del día: el preacuerdo alcanzado entre ambos para federarse. Sirvió también para colocar a Mas en la foto del día y evitar que Duran se erigiera en el único protagonista. Superada la sorpresa inicial, los democristianos encajaron bien la noticia, conscientes de que arropar a Mas como candidato era el peaje que tenían que pagar para situar a Duran en la secretaría general de la nueva federación.

Los partidos de la oposición interpretaron el anuncio de Pujol como una maniobra para preservar el equilibrio entre CDC y UDC. El PSC pidió elecciones anticipadas y el PP garantizó la estabilidad del gobierno catalán.

No a la fusión

El proceso para que CiU se convierta en una federación se iniciará después de Semana Santa, con la oficialización del pacto y culminará en diciembre. En el año 2004 se celebrará una Conferencia Nacional que deberá decidir si se opta por la fusión, aunque Unió Democrática rechaza esta posibilidad.

Los negociadores del pacto, Xavier Trias (CDC) y Núria de Gispert (UDC), enterraron la crisis de la coalición asegurando que ambos habían tenido que ceder.

Para Unió representa ceder soberanía pero ganan mucho a cambio: paridad en los órganos de decisión, mayor representatividad en las listas electorales y en la acción de gobierno. Podrán, por ejemplo, encabezar la lista municipal por Barcelona o bien la del Congreso.

Archivado En

_
_