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INTERNACIONAL

La Liga Árabe reitera su apoyo a los palestinos, pero no adopta medidas

Los 22 países que forman la Liga Árabe inauguraron ayer en Ammán una cumbre en la que proliferaron los discursos de solidaridad hacia el pueblo palestino e Irak. La necesidad de actuar conjuntamente, tanto en temas políticos como económicos, centró la primera de las dos jornadas de la reunión, aunque no se acordaron medidas concretas.

La decimotercera cumbre árabe comenzó ayer en la capital jordana con la presencia de 15 jefes de Estado y siete altos representantes de los 22 países que forman la Liga Árabe, a los que se sumó el secretario general de la ONU, Kofi Annan. El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, inauguró la sesión con un discurso centrado en la necesidad de enfrentar el nuevo orden económico mundial con un acuerdo de libre comercio "y formar una nueva entidad económica árabe", para lo que les convocó a una nueva conferencia en El Cairo en noviembre.

No obstante, el tema común de las intervenciones fue el apoyo a la causa palestina, aunque la división de posiciones impidió concretar alguna medida. Mientras Siria y Libia abogan por un boicot económico a Israel, Jordania y Egipto, aliados de EE UU en la zona, lo rechazan.

Sin embargo, el rey Abdalá II de Jordania, país anfitrión de la cumbre, recordó "el medio siglo de sufrimiento" del pueblo palestino a causa de la ocupación israelí y dijo que los países árabes debían "ayudarles en todo lo que podamos", a la vez que abogó por la creación de un Estado independiente. Además, se refirió a Siria y Líbano y la necesidad de liberar las tierras ocupadas.

En cuanto a Irak, uno de los temas candentes, el rey Abdalá pidió el levantamiento del embargo, pues "el sufrimiento ya ha durado demasiado". Irak, cuyo mandatario Sadam Husein no acudió a la cita árabe, ha pedido reiteradamente que se suspendan las sanciones impuestas por la ONU desde hace una década tras la invasión de Kuwait. Este último ya anunció antes de la cumbre que apoyaría el fin del embargo, aunque ayer no se pudo llegar a ningún consenso al respecto. Annan dijo que debería levantarse "mejor pronto que tarde", aunque reiteró su petición a Irak para que permita las inspecciones, hasta ahora rechazadas.

Uno de los discursos más encendidos fue el del líder palestino, Yasir Arafat, que ocupó su tiempo en mostrar "la barbarie del enemigo", refiriéndose a Israel, aunque se mostró dispuesto a retomar las negociaciones de paz.

Por su parte, el rey Bashar al-Assad de Siria pidió a los asistentes que apoyaran la Intifada contra los israelíes, a quienes calificó de "racistas".

 

Explotan dos bombas en Jerusalén

Mientras los representantes de los países árabes discutían en la capital jordana su apoyo a los palestinos, dos bombas en Jerusalén volvían a demostrar la gravedad de los enfrentamientos en Oriente Próximo. Desde el reinicio de la Intifada, a finales de septiembre, han muerto al menos 349 palestinos, 66 israelíes y 13 árabes israelíes, según Reuters. La segunda bomba que explotó ayer la portaba un palestino suicida, que murió en el atentado, a la vez que causó al menos 30 heridos.

Seis horas antes una bomba hacía explosión cerca de un centro comercial, dejando también tres heridos. La responsabilidad de ambos atentados fue asumida por el grupo integrista Yihad. El primer ministro israelí, sin embargo, acusó a Yasir Arafat de ser el responsable de las dos bombas y advirtió que se ocuparían de la violencia "en el momento más adecuado".

Entretanto, Arafat declaraba ante los asistentes a la cumbre árabe su total rechazo al terrorismo "de la forma que sea".

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