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Fracasa el primer intento de las grandes farmacias para unirse en una cadena

La cadena que proyectaban crear las farmacias más punteras del país y que pretendía reunir a 3.000 establecimientos está paralizada por el momento. La iniciativa había recibido fuertes críticas en la profesión por entenderse como una alianza de las grandes en perjuicio de las farmacias más pequeñas.

La idea se conoció a primeros de año, en pleno debate sobre la liberalización del sector, en el que las farmacias de menor dimensión consideran que salen perjudicadas.

Miles de colegiados, encabezados por el Colegio de Valencia, han creado una plataforma en favor del modelo mediterráneo de farmacia y ya han recogido más de 200.000 firmas para su ley de iniciativa popular. Además de entender que el libre mercado supone un peligro para la salud de los ciudadanos, están en contra de que los medicamentos puedan publicitarse para su consumo masivo.

Todos estas convicciones chocan abiertamente con la razón de ser de la cadena, que sería una central de compras y promovería campañas publicitarias para aumentar la facturación.

En un principio, el proyecto de crear la corporación de farmacias, según explica un colegiado de Jaén que asistió en Sevilla a una reunión donde se expuso la iniciativa, surgió como medida defensiva ante estos planes oficiales de abrir la venta de medicamentos a otros operadores. Sin embargo, cuando se vetó a las farmacias pequeñas, llegaron las presiones y el proyecto se bloqueó.

Pero la mayor polémica se suscitó cuando trascendió en las cúpulas de los colegios profesionales que la alianza había sido una idea de algunas personas del entorno del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, el organismo que representa a los 52 colegios provinciales de España. "El consejo debe defender los intereses de todas las farmacias, grandes y pequeñas", denuncian fuentes cercanas al Colegio de Valencia. Oficialmente, el consejo dice desconocer este proyecto, que, de momento, no va a ver la luz.

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