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Volkswagen ajustará costes para hacer frente a la caída del mercado

Pese a las adversas condiciones del mercado, el grupo alemán Volkswagen quiere seguir creciendo en todas sus marcas en el presente ejercicio. La receta para el éxito, según su presidente, Ferdinand Piëch, estará en ahorrar costes y crecer en mercados emergentes. El presidente de Seat volvió a arremeter contra la falta de competitividad de la empresa española.

En boca cerrada no entran moscas, parecía ayer la consigna dada por Piëch a sus directivos durante la anual rueda de prensa del mayor fabricante de coches europeo. A la vista de la desaceleración económica en EE UU y Europa, la coyuntura automovilística no está para grandes declaraciones.

Y con tan pesimistas augurios, Piëch pretende "lograr mejoras, aunque sean mínimas, en todas las marcas y regiones" durante su último año al frente de la empresa.

Esto no será fácil. Si bien en los primeros dos meses de este año el grupo vendió un 0,28% más que en el mismo periodo de 2000, el mercado se está desinflando y ya a finales de marzo no está claro que se alcance el nivel de 2000.

Para lo que resta del año, Piëch confía en el "impulso que darán los nuevos modelos", para poder volver a superar los cinco millones de coches producidos, como sucedió, por vez primera, el año pasado.

La clave para ello son los "esfuerzos de racionalización" en varios frentes: ampliar la utilización de componentes comunes y módulos compartidos entre marcas, mejorar el desarrollo del software incorporado a los coches (cuyo coste, en los próximos cinco años, se elevará a cerca del 30% del total del vehículo), y lograr ulteriores ahorros con una plataforma de compras en Internet, a través de la que ya en 2001 se harán un 7% de las adquisiciones.

A favor de VW podría jugar también -como en 2000- que el grupo exporta hacia EE UU, lo cual le permite beneficiarse de la favorable tasa de cambio con el dólar, dijo ayer Piëch. Asimismo, VW podría sacar provecho de su buen posicionamiento en América Latina y Asia (en China tiene una cuota de mercado superior al 50%). "Los mercados emergentes deberían permitirnos compensar lo que suceda en otras partes", analizó Robert Büchelhofer, encargado de distribución.

Salvo los cambios que implicará la introducción del nuevo Polo en Brasil -que, probablemente, no conllevará despidos- y el recorte, ya anunciado, de 700 empleos en una planta argentina, VW tratará de reducir sus costes de personal con nuevos modelos de organización, la introducción de un fondo de pensiones en Alemania para reducir costes en este capítulo y de un tope salarial para nuevos empleados en este país.

El directivo austriaco reafirmó su meta de lograr un margen de beneficios sobre ventas del 6,5% en 2001, pero el año pasado, apenas se alcanzó un 4,6%. El grupo facturó 167.331 millones de marcos (14,2 billones de pesetas, +13,8%) y tuvo beneficios de explotación de 8.175 millones (695.462 millones de pesetas, +65,7%). Gracias a diversos efectos fiscales, el resultado neto creció un 144%, hasta los 4.032 millones de marcos, 343.009 millones de pesetas.

Bernd Pischetsrieder, presidente de Seat, repitió su advertencia, formulada la semana pasada, de que "España pierde competitividad" y en este sentido señaló que "Seat Martorell ha perdido en los últimos ocho meses tantas horas de trabajo como Wolfsburg [la fábrica principal de la compañía alemana] en 10 años".

Francisco Javier García Sanz, el ejecutivo español que desde julio formará parte del consejo de VW como responsable de compras, mostró su acuerdo con el análisis de Pischetsrieder. García Sanz afirmó que VW "está negociando las condiciones con los proveedores españoles" y dejó claro que el grupo podría cambiar su mix de compras si las empresas hispanas no revisan a la baja sus precios.

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