Los barrios dinamizarán sus zonas comerciales con enseñas
La consultora comercial PGP ha propuesto a las agrupaciones de comercios urbanos que conviertan algunas de sus tiendas en establecimientos franquiciados. Esta medida serviría de revulsivo para zonas comerciales periféricas y pararía el deterioro del pequeño comercio urbano, según el director de la empresa, Juan Miguel Portal.
Los negocios franquiciados suelen ubicarse en los centros comerciales o en locales situados en los centros de las ciudades. Pero la consultora comercial PGP Innovación Empresarial ha propuesto una tercera alternativa: llevar las franquicias a las zonas comerciales urbanas más alejadas del centro.
Esta consultora barcelonesa organizó el lunes pasado una jornada en el salón Barcelona Negocios y Franquicias de Fira de Barcelona para debatir la propuesta. En ella se definió el centro comercial a cielo abierto (CCCA), que consiste, según explicó el director de PGP, Juan Miguel Portal, en "un espacio físico delimitado, de localización urbana, en el que ya existe una oferta comercial de cierta densidad".
El siguiente paso es "señalizar el espacio y crear una unidad de gestión operativa". Esta unidad gestionaría el espacio como si fuese un centro comercial tradicional, con una gestión profesionalizada y promoción conjunta.
En Barcelona, algunos ejemplos de centros comerciales de cielo abierto que ya se promocionan conjuntamente son los comercios del Paseo Maragall (a unos cinco kilómetros del centro de Barcelona) o los establecimientos de la carretera de Sants (a tres kilómetros del centro).
Esta gestión conjunta crea, en teoría, una atracción de clientes que cada comerciante tiene que aprovechar. La consultora propone que aquellos que tengan una tienda tradicional que no funcione se planteen transformarse en un negocio franquiciado. Este tipo de negocio completaría la oferta que suele existir en los barrios.
La ventaja que podría tener la franquicia en un centro comercial a cielo abierto es, para Portal, muy clara: "El centro comercial tradicional es cerrado y hay que llevar a la gente hasta allí; por estas zonas urbanas la gente ya vive y pasa".
PGP gestiona 20 centros comerciales a cielo abierto de Barcelona y de otras ciudades catalanas. Los gastos de implantación y gestión de estas áreas se reparten entre la Generalitat, que financia un 50% de los gastos; el ayuntamiento, un 25%; la Cámara de Comercio, un 10%, y los comerciantes, que cargan con el 15% restante.
Franquiciadores
Los franquiciadores, que reconocieron haber recibido esta propuesta hace una semana, explicaron que a partir de ahora aconsejarán a sus franquiciados que se integren en estos centros comerciales a cielo abierto. "Nos parece muy bien que la Administración quiera dinamizar el comercio urbano", explica Xavier Vallhonrat, presidente de la Asociación Española de Franquiciadores, "pero en este negocio la última palabra la tiene el mercado". Para Vallhonrat que un franquiciador decida autorizar un establecimiento en un barrio determinado sólo depende del tráfico peatonal que tenga. "Muchos barrios son apropiados para una franquicia de pizzas a domicilio o para reparación de coches, pero quizá no para un comercio de ropa".
Lo que considera muy positivo de la propuesta es que indica que el comerciante tradicional está venciendo sus recelos hacia la franquicia. La Asociación Española de Franquiciadores agrupa unas 160 cadenas, el 20% de las que hay en España.
El salón Barcelona Negocios y Franquicias cerró su primera edición con 17.101 visitantes, frente a los 12.000 que había previsto inicialmente la organización.