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Las Bolsas de EE UU reciben con caídas el recorte de tipos de interés

La Reserva Federal de Estados Unidos rebajó ayer los tipos de interés otro medio punto, hasta el 5%, ante los "riesgos sustanciales" de que se agrave la debilidad económica. Alan Greenspan deja la puerta abierta a nuevas rebajas por las dificultades que atraviesa la industria.

El consejo de gobernadores de la Reserva Federal rebajó ayer, por tercera vez en lo que va de año, los tipos de interés interbancarios en medio punto, situándolos en el 5%. Con ello, la institución que preside Alan Greenspan ha rebajado ya los tipos este año en 1,5 puntos, la política más agresiva sobre los tipos de interés desde la recesión económica de 1991.

Los gobernadores también acordaron reducir otro medio punto porcentual el tipo de descuento, que queda así en el 4,5%, tras las tres rebajas que ha sufrido este año.

Los mercados apuntaban en las últimas semanas una rebaja de 0,75 puntos, ante la debilidad que mostraban los últimos indicadores económicos, pero Greenspan ha optado por una medida más pru-dente, aunque deja abierta la puerta a nuevas bajadas de tipos próximamente.

En su comunicado oficial, la Reserva Federal observa "riesgos sustanciales" de debilidad en las condiciones económicas, y asegura que "en estas circunstancias, con la situación económica evolucionando rápidamente, la Reserva Federal tendrá que seguir los acontecimientos muy de cerca". Curiosamente, Greenspan hizo público en diciembre un comunicado similar, advirtiendo que la Reserva Federal tendría que seguir de cerca la evolución de los acontecimientos ante el deterioro de los indicadores, y pocos días más tarde aprobó la primera rebaja de los tipos de interés fuera del calendario oficial de reuniones de la Reserva.

Por este motivo, aunque el consejo de gobernadores no tiene previsto volver a reunirse hasta el próximo 15 de mayo, la siguiente rebaja podría no esperar a esa reunión.

Problemas en la industria

El banco central basa su decisión en "las persistentes presiones sobre los márgenes empresariales", "la caída de la inversión empresarial" y del gasto en consumo, ante la pérdida de riqueza de los estadounidenses por los descensos de las bolsas.

Además, la Reserva reconoce que el ajuste de existencias llevado a cabo por las empresas ha tenido un inmediato reflejo en la producción industrial, un factor que se puede agravar en los próximos meses como consecuencia del estancamiento del consumo.

Los banqueros centrales alertan sobre el exceso de la capacidad productiva que ha mostrado recientemente la economía de EE UU, como revelaron la semana pasada los datos de la producción industrial de febrero.

"La posibilidad de que este exceso [en la capacidad productiva] se prolongue y el potencial de mayor debilidad en las condiciones económicas reflejan riesgos sustanciales de que la producción y la demanda podrían seguir estancadas", asegura el comunicado.

La Reserva Federal no ape-la, como en anteriores ocasiones, a la confianza de los consumidores ni a los altos precios energéticos, ya que ambos indicadores han registrado una clara mejora en las últimas semanas.

Sin embargo, el déficit comercial de EE UU alcanzó un nuevo récord en enero, como consecuencia del fuerte aumento de las importaciones de productos petrolíferos y la caída de las exportaciones a Europa y Asia.

Según los datos facilitados por el Departamento de Comercio, el déficit comercial en enero ascendió a 33.300 millones de dólares, frente a los 33.200 millones estimados en diciembre. Es el mayor aumento mensual del déficit comercial desde septiembre pasado. Los analistas esperaban un saldo negativo de 33.000 millones ante la desaceleración de la demanda interna.

En enero, Estados Unidos aumentó sus importaciones de crudo en 30 millones de barriles, hasta alcanzar un total de 415,5 millones de barriles, a una media de 23,13 dólares por barril. El aumento del precio del barril de petróleo en las últimas jornadas (ayer el brent superó los 25 dólares, tras varios días en torno a los 24 dólares por barril) puede disparar el déficit comercial en los próximos meses, según los economistas consultados por Reuters.

Este aumento de las importaciones petrolíferas se contradice, en principio, con la caída que registra la actividad y la coincidencia con el final del invierno. Pero el fuerte aumento de las compras de productos petrolíferos puede indicar un aumento de las reservas por parte de EE UU.

De hecho, las autoridades estadounidenses están alertando en los últimos días de los riesgos que entraña para la economía el aumento de los precios del petróleo y su decisión de aplicar una política energética agresiva.

Política energética

El presidente de EE UU, George Bush, insistió ayer en su objetivo de aumentar la producción nacional de petróleo para reducir las importaciones y evitar la posibilidad de una crisis energética. Tras la decisión de la OPEP de recortar la producción un millón de barriles diarios para mantener los precios en torno a los 28 dólares, el presidente Bush considera que los pequeños y medianos productores nacionales pueden encontrar un estímulo suficiente para volver a extraer petróleo a esos precios.

La política energética es una de las patas sobre las que Bush basa la recuperación de la economía, junto a las políticas fiscal y monetaria y los acuerdos comerciales.

El presidente estadounidense expresó ayer su "gran confianza" en la economía "a largo plazo", a pesar de los problemas que ésta puede mostrar momentáneamente e insistió en que "si el Congreso actúa con rapidez en el tema del estímulo fiscal, hará que nuestra recuperación sea más rápida".

 

El Gobierno mantiene el superávit ýscal previsto

El déficit presupuestario de EE UU creció en febrero frente al mismo mes del año anterior, aunque el Gobierno mantiene sus previsiones de superávit para el año fiscal, según el informe mensual del Tesoro estadounidense, publicado ayer.

El déficit público se elevó el pasado mes hasta 48.200 millones de dólares (unos 8,8 billones de pesetas), frente a los 41.700 millones de febrero de 2000. Sin embargo, el informe del Tesoro mantiene que el superávit en lo que va de año fiscal (que finaliza el 30 de septiembre) es de 25.900 millones de dólares.

"Al menos hasta febrero, la desaceleración en la economía no ha tenido un impacto visible en la situación presupuestaria", opina William Sullivan, economista de Morgan Stanley Dean Witter en Nueva York. Febrero es tradicionalmente un mes en el que se registra déficit debido a los pocos ingresos por impuestos que se embolsan. En ese periodo los ingresos crecieron un 1,7% frente al mismo mes de 2000, hasta 110.500 millones de dólares (unos 20,3 billones de pesetas), mientras que los gastos se incrementaron un 5,5%, hasta 158.600 millones de dólares (algo más de 29 billones de pesetas).

EE UU se ha beneficiado hasta ahora de los impuestos generados por una década de expansión económica, y los expertos apuntan a que por cuarto año consecutivo, en 2001 registrará un superávit de más de 200.000 millones de dólares. Sin embargo, existe el temor a que la desaceleración recorte los ingresos e implique un aumento del gasto social. Mientras, el Senado discute el recorte de impuestos propuesto por George Bush, sustentado por los superávit presupuestarios habidos hasta la fecha. El Congreso ya dio su aprobación a la iniciativa, que supone un recorte de 1,6 billones de dólares (unos 295 billones de pesetas) en 10 años, pero la aprobación en el Senado es más difícil, porque Bush aún tiene que consolidar el apoyo republicano.

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