El Instituto de Meteorología e Indra renuevan 45 estaciones de medición
El Instituto Nacional de Meteorología (INM) está poniendo en marcha 45 estaciones automáticas de medición, englobadas en la Organización Mundial de Meteorología. El proveedor de la tecnología es Indra y el contrato ascendió, en 1999, a 160 millones de pesetas.
El Instituto Nacional de Meteorología ha dado un paso importante para renovar sus observatorios. De momento, están siendo automatizadas 45 estaciones de medición. La actuación forma parte de la primera fase de un plan que, durante los próximos tres años, afectará a más de 200 centros repartidos por España.
En todos ellos se instalará una innovadora solución informática para los sistemas de vigilancia meteorológica. El contrato para la incorporación de nuevas tecnologías a las 45 estaciones ascendió a 160 millones de pesetas y fue firmado con Indra a finales de 1999. "Queremos aprovechar esta experiencia, de hecho hay un programa mundial sobre el clima suramericano que contempla la modernización de las redes de meteorología de diversos países y nosotros pretendemos participar", comenta el gerente de Energía, Agua y Medio Ambiente de Indra, Jaime Serrano.
Una de las novedades es que la información obtenida estará disponible en todo el mundo a través de una red de comunicaciones global (GTS). "Los observatorios tienen un producto avanzado que permite nuevas funciones y éstas redundan en la entrada de datos y en las comunicaciones. Ha sido un salto importante", asegura Serrano.
La empresa ha desarrollado un programa informático exclusivo, la unidad de adquisición y la integración de sensores. Resta ahora crear otro programa que permita conocer en cualquier momento el estado de las estaciones y la calibración de los medidores.
Cada observatorio cuenta con unos sensores que recogen todo tipo de información atmosférica (presión del aire, grado de humedad, precipitaciones, velocidad del viento, temperaturas, etcétera) y la remiten a una unidad central. Su papel es interpretar los datos, validarlos y convertirlos en unidades meteorológicas. Posteriormente, a través de un ordenador, son visualizados por el técnico local. El nuevo sistema permite obtener gráficas de tendencias meteorológicas y produce la información climatológica para análisis históricos.