La divisa europea continúa débil pese a la desaceleración en Estados Unidos
El euro mantiene su debilidad frente al dólar pese a la desaceleración económica en Estados Unidos. Ayer fue incapaz de apreciarse por encima de los 0,90 dólares, en espera de que hoy la Reserva Federal decida variar los tipos de interés al otro lado del océano Atlántico.
La divisa europea, nacida para competir con el billete verde norteamericano en los mercados internacionales, está muy lejos de erigirse como moneda de referencia para los inversores.
En el primer semestre del año pasado, cuando la economía estadounidense cosechaba tasas de crecimiento superiores al 5%, los analistas explicaban la debilidad del euro frente al dólar por el vigor de la economía al otro lado del océano Atlántico, que dejaba fuera de juego cualquier intento de igualarse en crecimiento por parte del resto de Occidente. Incluso, el euro llegó en octubre a alcanzar un mínimo histórico de 0,82 dólares.
Pocos meses después, la coyuntura ha dado un giro de 180 grados a uno y otro lado del Atlántico, sin que la cotización de la divisa europea haya variado en la misma medida. EE UU está creciendo en el primer trimestre de 2001 a ritmos cercanos al 0% (1,4% en el último trimestre de 2000), la Unión Europea mantiene tasas superiores, en el en torno del 3%, y sin embargo, el euro no levanta cabeza.
En las últimas semanas del año pasado la incertidumbre electoral vivida en Estados Unidos, en donde George Bush y Al Gore se disputaron la presidencia por un puñado de votos, contribuyó a elevar la cotización de la divisa europea por encima de la paridad frente al dólar. Pasado este efecto y ante la evidencia de que la desaceleración económica también está afectando a Europa, la divisa de la unión monetaria ha iniciado un suave descenso que culminó, de momento, el pasado viernes con un nuevo mínimo, esta vez del año, situado en 0,89 dólares. Ayer, el euro mantuvo la debilidad de las jornadas anteriores. En el mercado de Francfort, la moneda se apreció ligeramente, cambiándose a 0,8991 dólares frente a los 0,8948 dólares del inicio de la jornada. En el mercado de divisas de Londres, se depreció hasta 0,897 dólares.
Volatilidad
El Banco Central Europeo (BCE) fijó su cambio oficial en 0,8996 dólares, en espera de la reunión de hoy de la Reserva Federal (Fed) norteamericana, en la que es posible que se decida un recorte de tipos de interés para reanimar la economía de EE UU. Fuentes del sector comentaron ayer que el mercado de divisas se orienta ahora hacia compras y ventas a muy corto plazo, debido a la proximidad de la reunión de la Reserva Federal y a los efectos sobre el cambio dólar-yen de las medidas de política monetaria anunciadas por el Gobierno japonés para reanimar la economía nipona, en recesión y con problemas de deflación.
Los analistas estiman que el euro oscilará en las próximas semanas entre 0,8915 dólares y los 0,9030 dólares, unos niveles que los expertos daban por superados hace apenas dos meses, cuando la divisa europea se movía en la zona de los 95 centavos de dólar.
Mientras tanto, la fortaleza del dólar beneficia a América Latina, zona en la que muchos países mantienen sus monedas vinculadas parcial o totalmente al billete verde. Según un informe de Salomon Smith Barney difundido ayer, la región es vista por los inversores como un complemento a la economía de Estados Unidos.
La consultora destaca también el cambio de actitud de los inversores, que hace sólo unas semanas se mostraban favorables hacia la moneda única, antes de que el BCE decidiese no rebajar los tipos de interés, ante los riesgos de tensiones inflacionistas.
Salomon argumenta que ello ha tenido un efecto positivo para el dólar, divisa que sigue utilizándose como moneda refugio.
La mala impresión de billetes de euros afecta a España
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El BCE investiga deficiencias en la calidad
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre podría acabar afectada también por un problema de calidad en los hilos de seguridad de los nuevos billetes de euro, según informó ayer el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Estos dispositivos de seguridad son fabricados, entre otras, por la empresa italiana Mantegazza Antonio Arti Grafiche, que los suministra a las imprentas nacionales de Francia, España e Italia, así como a la compañía francesa Arjo Wiggins, especializada en la fabricación de papel de alta seguridad. Esta empresa provee a las imprentas de Bélgica, Grecia, Irlanda, Holanda y, posiblemente, Austria.
Ni el Banco Central Europeo (BCE) ni la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre quisieron comentar ayer esta información. Fuentes del Banco de España, por su parte, aseguraron a este periódico que, de momento, no se ha detectado en España ningún problema en los sistemas de impresión, aunque la autoridad mantiene "la más estrecha vigilancia", sobre todo después de que el BCE reconociera la semana pasada que había detectado un "limitado problema de calidad" en "sólo una partida" de billetes de euro y que abriría una investigación sobre lo sucedido. Según el Frankfurter Allgemeine, el problema consiste en que la capa metálica que cubre el hilo de seguridad se desprende con el tiempo. Pese a repetidos intentos, ayer no fue posible localizar a los responsables de Mantegazza Antonio Arti Grafiche, con sede en los alrededores de Milán. El hilo de seguridad -incorporado también en los actuales billetes de pesetas- es una cinta plástica de cerca de un milímetro de ancho que, recubierta de una capa metálica, puede ser recargada magnéticamente y codificada con sustancias químicas que posibilitan su rápida identificación.
A simple vista y a contraluz, se pueden reconocer, además, códigos impresos o el monto del billete en cuestión. Es posible que el desprendimiento del hilo no sea responsabilidad de Mantegazza Antonio Arti Grafiche, sino más bien obedezca a una reacción química en el momento de fundir el dispositivo con el papel, según aclara el rotativo.