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El alza de la fiscalidad del tabaco compensará la supresión del IAE

La Comisión Europea ha echado un cable a Hacienda en la búsqueda de ingresos para compensar a los ayuntamientos por la supresión del impuesto de actividades económicas (IAE), prevista para el próximo año.

La propuesta anunciada por el Ejecutivo comunitario el jueves pasado y que deberá ser aprobada por el Consejo de Ministros de Finanzas, supone una auténtica rees-tructuración de la fiscalidad del tabaco en toda la Unión Europea (UE). Bruselas desea que el impuesto especial que grava las labores del tabaco, que ahora es básicamente proporcional al precio de venta, pase a ser lineal. Garantiza un mínimo de tributación para todos los Estados miembros, que quedaría fijado en 70 euros por cada 1.000 cigarrillos (233 pesetas por cajetilla). Dado que ahora lo que se paga a través de este impuesto en el caso de España es de sólo 161 pesetas por cajetilla, Hacienda debería incrementar esta cuantía en 72 pesetas para alcanzar ese mínimo, lo que supondría un aumento del 45% sobre la fiscalidad actual.

Hacienda recaudó el pasado año por el impuesto especial de labores del tabaco 696.500 millones de pesetas, un 9,8% más que el ejercicio precedente. A ello hay que sumar otros 200.000 millones en concepto de IVA, tributo que también se aplica a la venta de tabaco.

De aprobarse el aumento de la tributación propuesto por la Comisión Europea, Hacienda se encontrará un incremento sustancial de la recaudación. æpermil;sta podría superar a los ingresos actuales en más de 300.000 millones de pesetas, siempre que el consumo se mantenga, algo más que probable teniendo en cuenta que el tabaco es un artículo de demanda inelástica, cuyo consumo es poco sensible a un incremento de precios. El aumento de la recaudación serviría para financiar la supresión del IAE, cuya recaudación ascendió a 262.000 millones de pesetas en 1997, último ejercicio en que Hacienda realizó un cálculo global. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) estima que los ingresos por este tributo, recaudado por los ayuntamientos, se encuentran ya próximos a los 280.000 mi-llones.

Inflación

Hacienda es consciente de esta posibilidad, mucho más si se tiene en cuenta que se encuentra en el aire la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, prevista para este año, y la reforma de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales.

De momento, el departamento que dirige Cristóbal Montoro está más preocupado por los efectos inflacionistas del incremento del precio del tabaco, derivado de la aplicación de la normativa comunitaria. Fuentes del ministerio han asegurado que, de aprobarse esta propuesta, Hacienda haría todo lo posible por diferir la subida entre varios ejercicios para aminorar los efectos sobre el IPC. De aplicarse una única subida, la cajetilla de Fortuna podría pasar de 295 a 377 pesetas, y la de Ducados, de 205 a 268 pesetas.

Bruselas ha propuesto también que los Estados miembros puedan doblar la fiscalidad actual en el caso de que las tabaqueras se decidan a lanzar productos de peor calidad con el objeto de que salgan más económicos al consumidor final. El Ejecutivo comunitario desea que los impuestos que pagan los consumidores por el tabaco supongan el 70% del precio de venta final, frente al 57% en que se encuentra ahora el mínimo exigido por Bruselas.

La búsqueda de soluciones alternativas a la supresión del IAE anunciada por el Gobierno está siendo abordada también por la oposición política, consciente del perjuicio para los ayuntamientos de la eliminación de una fuente de financiación que supone el 20% de sus ingresos tributarios. El PSOE pedirá mediante una proposición de ley que determinados colectivos como jóvenes autónomos o pequeñas empresas puedan deducirse el IAE del impuesto de sociedades y del IRPF. De esta forma se mantendría el IAE, garantizando los ingresos a los ayuntamientos, a la vez que se favorecería la actividad de las pymes, que es lo que se busca con la supresión del tributo.

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