Respaldo de la banca española al código hipotecario europeo
El presidente de la Asociación Hipotecaria Española, Gregorio Mayayo, afirmó ayer que la mayoría de sus asociados, entre los que se encuentran los principales bancos y cajas españolas, ha manifestado su intención de adherirse al código de conducta voluntario sobre información para créditos de vivienda, el primer paso para avanzar hacia un mercado hipotecario único.
La firma del acuerdo entre las federaciones europeas representantes de las entidades de crédito y las organizaciones de consumidores para crear un código de conducta para préstamos a la vivienda constituye el primer paso para armonizar este mercado y permitir que se abra a la competencia, de manera que se dé entrada en los distintos mercados nacionales a operadores extranjeros.
A juicio de Mayayo, eso podría desembocar en una competencia en precios en toda Europa similar a la que hubo en España con la llamada guerra de las hipotecas. En esta hipotética guerra transfronteriza del mercado hipotecario, las entidades españolas parten con ventaja, al ofrecer ya, según las estadísticas de la Asociación Hipotecaria, los tipos más bajos entre los 15 Estados miembros, con un diferencial de 50 puntos básicos. Aunque la competencia en precios se producirá a más largo plazo, lo que parece claro es que la mayor información y transparencia que introducirá el Código ampliará considerablemente el abanico de productos hipotecarios en los distintos países, lo que otorga a las entidades nuevas oportunidades de negocio.
En cualquier caso, Mayayo reconoció ayer que la implementación de este código se presenta más complicada de lo deseable. El principal obstáculo a la armonización son los propios Gobiernos nacionales.
Y es que para favorecer las operaciones transfronterizas en el mercado hipotecario, los Estados miembros deberán adaptar sus normativas al espíritu y letra del código. Eso implica que algunos Gobiernos tendrán que renunciar expresamente a incluir o mantener en sus normativas cualquier disposición o exigencia formal que pueda representar un obstáculo a la penetración extranjera al mercado nacional, algo que choca con el espíritu proteccionista de ciertas Administraciones. De he-cho, desde 1984 la Comisión Europea intenta, sin éxito, armonizar el crédito hipotecario y precisamente el mantenimiento de ciertas normativas nacionales de transparencia y defensa del consumidor han actuado como barreras a la penetración de la competencia exterior en cada Estado.
Las entidades de crédito tienen hasta el próximo 1 de septiembre de 2001 para suscribir dicho código, que podrá estar implementado, si la iniciativa tiene éxito, en septiembre de 2002.