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LOS PRECIOS, FUERA DE CONTROL

El Gobierno achaca el tirón del IPC al efecto del mal de las 'vacas locas'

El Gobierno considera coyuntural el repunte de los precios producido en febrero y lo achaca, sobre todo, al encarecimiento del precio del pollo, del cerdo y del ovino provocado por el mal de las vacas locas.

Una vez más, llueve sobre mojado. A un mal dato de inflación le sigue la valoración del Gobierno mostrando su preocupación y considerando que el repunte es transitorio, debido a causas coyunturales.

Esto es lo que ocurrió ayer, una historia repetida con demasiada frecuencia a comienzos de 2000, cuando aún el IPC no había superado la barrera del 3%. Ayer, el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, reconoció que el aumento del IPC en febrero en una décima, hasta el 3,8%, "no es una buena noticia".

Rato consideró que este incremento demuestra que los efectos del coste de la energía se están trasladando a otros elementos de la economía. "Sabíamos que febrero era uno de los meses más complejos del año, habida cuenta que los precios del petróleo no habían subido en el mismo periodo de 2000", dijo.

No obstante, para el vicepresidente segundo, la evolución ha sido "razonable" teniendo en cuenta el impacto que está teniendo la crisis alimentaria provocada por el mal de las vacas locas. El secretario general de Política Económica, Luis de Guindos, achacó, al igual que Rato, el tirón del IPC a la crisis del vacuno, que ha provocado aumentos del precio de la carne de pollo y de cerdo por encima del 3% en un sólo mes, restando importancia a la persistencia de las tensiones en los servicios y la energía.

Según Rato, Economía sigue apostando por la desaceleración de los precios del petróleo y la mejora en la cotización del euro, hechos que "aproximarán los precios al objetivo marcado de inflación, que es el mismo que el marcado por el BCE. De Guindos fue más preciso y aseguró que el "repunte puntual" de febrero no supone una quiebra de la tendencia a la baja del IPC, iniciada en diciembre ni tampoco un incremento del diferencial con la zona euro. Más bien, cree que la inflación se reducirá al 3% "al final de la primavera o comienzos del verano", para continuar la senda "hasta el en torno" del 2% al final de año. La inflación subyacente, en cambio, "con un desfase de seis meses" tardará algo más en reducirse, en su opinión.

No son tan optimistas los analistas. El BSCH, por ejemplo, advierte que la interrupción de la senda descendente de la inflación tendrá efectos perniciosos sobre la negociación colectiva de los salarios, afectando a la salud de una economía "fuertemente indiciada".

 

La CEOE y los sindicatos, preocupados por la competitividad

La CEOE y los sindicatos coincidieron ayer en el riesgo que tiene para la economía española el "componente estructural" de la inflación medido a través de la tasa subyacente.

La patronal advirtió de "lo peligroso para la competitividad de los bienes el convertir en estructural lo que aún tiene carácter coyuntural". Los sindicatos UGT y CC OO, por su parte, incidieron también en la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores que conlleva un IPC instalado por encima del 3%.

UGT considera al Gobierno "ineficaz" porque, a su juicio, lleva dos años sin adoptar ninguna medida de fondo capaz de incidir sobre los factores que realmente están provocando que el nivel general de precios aumente.

Además, indica que es "irresponsable" porque algunos de sus miembros -en relación al secretario general de Política Económica, Luis de Guindos- "se permiten realizar declaraciones situando la responsabilidad en los agentes sociales". UGT culpabiliza también a los empresarios por elevar los precios "de manera desproporcionada para obtener beneficios a corto plazo".

Desde el PSOE, el portavoz de Economía, Jordi Sevilla, dijo ayer que el aumento de la inflación demuestra que "la desidia y el descontrol reinan en la política económica del Gobierno", poniendo en riesgo la competitividad de la economía.

Salvador Jové, de IU, afirmó que el alza del IPC en febrero demuestra, "lamentablemente, que los malos augurios previstos" por la oposición política se están cumpliendo sin que el Ejecutivo haya hecho nada por remediarlo. El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Vicente Martínez-Pujalte, cree, en cambio, que el IPC de febrero no es tan mal dato si se compara con la inflación de países competidores como Alemania y Francia.

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