El déficit patrimonial de Sintel se cifra en 9.800 millones
Sintel tiene un agujero de 9.800 millones de pesetas, según se desprende de un informe judicial presentado por los interventores el pasado miércoles en el Juzgado de Primera Instancia número 42 de Madrid.
En el balance de situación de la empresa se recoge que el pasivo de Sintel era de 22.000 millones de pesetas en junio de 2000, cuando la empresa tramitó la suspensión de pagos en el citado juzgado y que el activo sumaba 12.200 millones de pesetas, elevándose el déficit patrimonial a 9.800 millones de pesetas.
Desde entonces, la empresa, que tiene a la plantilla acampada en el Paseo de la Castellana de Madrid en defensa de sus empleos y de sus últimos siete sueldos impagados, ha acumulado pérdidas del orden de los 10.000 millones de pesetas.
Los interventores judiciales declaran en el citado informe que Sintel se encuentra en una situación de "insolvencia provisional, pero que podría pasar a insolvencia definitiva si no adopta inmediatamente las medidas oportunas". Ahora el juez estudiará el informe, que entregará a las partes afectadas, y tomará decisiones al respecto.
Salarios impagados
Los trabajadores de Sintel continuarán con sus protestas, a la espera de que se desbloquee el impago de sus nóminas, que se cifran en más de 4.000 millones de pesetas, que se retire el citado expediente de regulación y que se convoque una mesa de diálogo en la que sindicatos, Gobierno y Telefónica negocien el plan laboral contemplado en el convenio colectivo.
Los trabajadores no confían en la nueva gestión de Carlos Gila y apelan a la responsabilidad del Ejecutivo y de Telefónica "para que resuelvan esta circunstancia ya crítica para 1.800 familias".
La situación ahora está en manos de la Dirección General de Trabajo que ultima hoy su decisión sobre la aprobación del expediente laboral y que implicaría el despido del 67% de la plantilla.
Si finalmente Trabajo no apueba el expediente, Gila abandonará su plan de viabilidad que negocia a tres bandas (sindicatos, Gobierno y Telefónica) y que arranca con el despido de 1.201 trabajadores. El actual propietario de la compañía compró recientemente Sintel por dos euros al grupo MasTec, controlado por la familia anticastrista Mas Canosa.