El Gobierno de Blair actuará contra los mayores bancos del país
La Comisión de Competencia del Reino Unido anunciará hoy con toda probabilidad que los cuatro grandes bancos mantienen un oligopolio en el mercado de los créditos a las pymes, según aseguraron ayer fuentes cercanas al Gobierno.
Las conclusiones de la Comisión constituyen un avance provisional de la investigación lanzada el pasado año tras la publicación del Informe Cruickshank, que acusaba a la banca de cobrar comisiones excesivas a sus clientes y en particular a las pequeñas y medianas empresas. La Comisión tiene previsto dar su fallo definitivo el próximo mes de junio.
El Informe Cruickshank alegó que los cuatro grandes -Lloyds TSB, Barclays, Royal Bank of Scotland-NatWest y la filial británica de HSBC (el antiguo Midland Bank)- cobran hasta 1.500 millones de libras (más de 400.000 millones de pesetas, 2.404 millones de euros) al año en comisiones excesivas a las pymes. Los cuatro grandes copan el 89% de negocio en este sector.
La Comisión ha desistido de denunciar esta práctica como "cartel bancario", limitándose de momento a calificar la conducta de la banca de "negativa para la competencia".
Por otra parte, parece inevitable que la Comisión exija un cambio en las estructuras del mercado cuando finalice su investigación.
Existe el temor de que el fallo, en caso de crear un ambiente hostil a la banca, pudiese perjudicar la OPA de 5,1 billones de pesetas (30.652 millones de euros) que Lloyds TSB tiene pendiente sobre Abbey National. El Gobierno ha remitido la oferta de Lloyds a la Comisión de la Competencia, que hasta el 12 de junio podrá estudiar las consecuencias de una fusión de ambas entidades.
El principal escollo es el impacto en el sector de las cuentas corrientes, en el que los dos bancos coparían un 27% del mercado, frente al 25% máximo que fija la ley británica.
Malas noticias
La banca se está preparando para las malas noticias desde que el pasado mes les fue entregada una carta de la Comisión explicando las acciones que podrían emprender las autoridades para corregir los supuestos abusos hacia las pymes. En un caso extremo, el Gobierno podría imponer un tope a las comisiones que cobra la banca.
Algunos bancos se han adelantado a la Comisión con la introducción de algunas modificaciones para suavizar las relaciones con sus clientes empresariales.
El Royal Bank of Scotland (principal accionista del BSCH), por ejemplo, ha suprimido la cláusula del acuerdo sobre el descubierto en cuenta corriente que permitía al banco exigir el reembolso inmediato de un crédito. El banco escocés también ha creado un servicio de historial de crédito portátil que el cliente puede usar como aval para abrir una cuenta en otra entidad financiera.