Los armadores de Almería pescan menos, pero ganan más
La profesionalización de las ventas permitió el año pasado a la aso-ciación de más de 70 armadores Mar de Alborán aumen-tar un 43% la facturación, a pesar de que las capturas disminuyeron.
Hasta hace tres años, los armadores de Almería se preocupaban de sus barcos hasta el momento de llenarlos de pescado. Lo que sucediera a partir de ahí, es decir, la venta del producto, se veía fuera de su alcance, sometida a los incontrolables vaivenes del mercado o, simplemente, a cómo se diera el día en la lonja de turno.
Pero los problemas con los caladeros extranjeros -ahí está el ejemplo de Marruecos- y el progresivo deterioro de los caladeros más cercanos obligaba a sacar mayor rendimiento a una pesca cada vez más difícil de capturar y con unos precios en continua inestabilidad.
Un buen grupo de armadores creó la asociación de productores Mar de Alborán y dejó las ventas de sus pesquerías en manos del Grupo Gúmer, una centenaria empresa familiar del sector, cuyas nuevas generaciones se están preocupando de modernizar las formas de venta habituales en el sector pesquero. Y las cifras empezaron a subir. El año pasado, con menos capturas, la facturación de Mar de Alborán creció un 43% y se situó en 1.365 millones de pesetas (8,2 millones de euros).
"La clave está en incrementar los precios de venta mediante una gestión profesionalizada", dice Javier Salvador, gerente de Gúmer y encargado de comercializar el pescado de Mar de Alborán.
La asociación, que agrupa algo más de 70 armadores y una cifra similar de barcos, ha empezado a preocuparse por la formación de los socios y por cuestiones como normalización y presentación del producto, nuevos envases, búsqueda de clientes y calidad, "aspectos hasta hace poco inéditos en los productores pesqueros", dice Salvador.
Subida de precios
De esta forma, los armadores, a través de la gestión comercial de Gúmer, han conseguido incrementar los precios de venta de sus pescados: hasta un 90% aumentaron el año pasado en la lonja de Roquetas de Mar, localidad muy cercana a Almería, a pesar de que las capturas disminuyeron un 9%, y un 33% subieron las ventas en la de Adra -donde el nivel de pesca se mantuvo-, unas lonjas que gestiona la propia Mar de Alborán.
Mientras, en Almería, don-de también venden buena parte de sus capturas, los ingresos bajaron algo más de un 5% por la falta de acuerdo pesquero con Marruecos, "pero el tema se compensó con la revalorización de los pescados locales", añade el directivo.
En los tres años de vida de Mar de Alborán, las ventas han crecido por encima del 30%, un objetivo que se mantiene para este ejercicio, en el que se espera una facturación superior a 1.775 millones de pesetas (10,7 millones de euros).
Además de crear marcas propias y buscar nuevos clientes, la búsqueda de cala-deros alternativos se ha convertido en otro de los objetivos de Mar de Alborán. "Los armadores no pueden estar pendientes de acuerdos entre países, como el de Marruecos, que no se sabe cuándo se firmará ni en qué condiciones", afirma. Por eso, Gúmer está gestionando la concesión de licencias para barcos de Almería en Mauritania y Argelia, así como concesiones de pesca en países suramericanos "para ofrecer alternativas a los caladeros actuales", dice Salvador.