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ANDALUCÍA

El sector arrocero teme la competencia asiática

Vamos a ser sepultados por toneladas de arroz asiático". Es la hipérbole con la que casi todos los agentes del sector arrocero español se refieren al plan Todo excepto las armas que ayer aprobó la Unión Europea.

Esta medida, fruto de una victoria de los gabinetes de Asuntos Exteriores comunitarios sobre las posiciones puramente agrícolas del comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, consiste en eliminar el arancel para las importaciones de determinados productos alimenticios de países asiáticos englobados en lo que eufemísticamente la Comisión llama países menos avanzados (PMA). La medida se introducirá paulatinamente a partir de 2006 hasta la eliminación definitiva de la tasa en 2009.

El director gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Manuel Cano, ha calculado en 56.571 millones de pesetas las pérdidas que va a ocasionar la medida en la patria de la paella. "Sólo Bangladesh", señala, "produce 2,5 millones de toneladas al año, cuando la producción de toda la UE es de 1,4 millones de toneladas".

Esa misma cifra es la que el sector cree que importará la UE de Bangladesh, Tailandia, Laos, Indonesia y Singapur juntos cuando el arancel deje de existir. Actualmente este gravamen asciende a entre 200 y 500 euros (33.277 y 83.193 pesetas) por tonelada de arroz, según calidades.

"Es muy preocupante", afirma Antonio Hernández, presidente de Arrocerías Herba, de Sevilla, una las industrias arroceras más grande de Europa, con 16 plantas repartidas por la comunidad. "Las industrias podemos comprar arroz de otros países, pero los agricultores lo tendrán muy mal".

Fuentes del sector añaden que Herba se verá afectada por ser muy dependiente de la producción de arroz al pie de marisma, donde tiene instaladas sus factorías. "Tendrá que hacer fuertes desinversiones, porque ya no les compensará producir, sino comprar".

Hernández no lo niega ni lo confirma. "Herba no se preocupa sólo por sus propios problemas, sólo tenemos que reconvertirnos y adaptarnos a la compra de arroz; el problema será para los agricultores sevillanos y españoles en general".

Reconoce que la retirada del arancel acabará con la forma de Herba de entender el negocio del arroz. "Para nosotros es una actividad ligada al medio ambiente, al entorno marismeño de Doñana, no nos limitamos a envasar arroz y ya está".

Hernández ya ha elaborado una propuesta: que haya una cláusula de salvaguardia en el proceso, hasta ahora inexorable, de transición hacia el arancel cero. Es decir, que la medida tenga vuelta atrás si el desastre en el sector es completo. Pero añade otra propuesta: "Una subvención de la mano de obra que produzca una bajada del precio del arroz producido en España, de forma que pueda competir con el asiático".

Contrapartida tecnológica

Joaquín Domingo asegura que la medida ha sido impuesta por los jefes de Estado, "a los que les importa un bledo el arroz". Domingo es intermediario en toda Europa de esta materia prima alimentaria. También trabaja para SOS Arana Alimentación y es el representante español de comercio en el Consejo Consultivo del Arroz, en Bruselas.

"Los políticos europeos tienden a acceder a la entrada de productos alimenticios de los países pobres a cambio de contrapartidas comerciales que les interesan más, como la industria y la tecnología", afirma.

Domingo cree que la UE resolverá el problema de los agricultores "con subvenciones que ellos no desean, como siempre". "No entendemos cómo Italia -el primer productor europeo- está de acuerdo con la medida", afirma.

España, Francia y Portugal, los otros tres grandes productores de Europa, se oponen. Domingo está convencido de que las pequeñas industrias desaparecerán si se suprime el arancel. "Sólo las que tienen marcas reputadas van a subsistir, porque el consumidor las reconoce". Más difícil lo tiene el que ha invertido en una planta industrial sin marca posicionada.

En España hay más de 30 industrias transformadoras de arroz. Entre ellas destacan las empresas que tienen más consolidadas sus marcas, como SOS Arana y Herba, a través de SOS o La Cigala. Las marcas de estas dos firmas copan el 50% de la cuota de mercado en España, seguidas por un 30% de las marcas blancas.

El cultivo proporciona una facturación de 40.000 millones de pesetas anuales en España, además de 5.000 empleos directos y 35.000 indirectos a través de jornales. Sólo en Sevilla se facturan 15.000 millones de pesetas al año, sustento de 3.000 familias.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (COAG) exige la exclusión del arroz, junto con el azúcar y el plátano, de la lista de productos beneficiarios de las concesiones a los países desfavorecidos y prefiere, en la línea de lo expresado ya por la industria española, una cláusula de salvaguardia y vuelta atrás en caso de debacle para el sector.

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